Este artículo se publicó hace 15 años.
EE.UU. vive el aniversario de la guerra en Irak con un opositor en la Casa Blanca
Washington, 20 mar (EFE). Estados Unidos conmemora hoy el sexto aniversario de la impopular guerra de Irak, pero el primero en el que el ocupante de la Casa Blanca no es el artífice de la invasión, George W. Bush, sino un claro opositor a ese conflicto, Barack Obama.
La guerra entra a partir de hoy en su séptimo año, y si bien sigue habiendo desafíos militares y políticos muy importantes en el país árabe, las cosas han comenzado a cambiar en Estados Unidos, donde la contienda apenas aparece en el debate público.
Con el cambio de Gobierno y la profunda crisis económica que vive el país, la guerra de Irak, antes un foco de tensión y de debate público, ha quedado relegada completamente a un plano secundario.
A ello ha contribuido también la determinación del presidente Obama de poner en marcha un calendario de retirada de las tropas, que esté completado en agosto de 2010, lo que ha acallado las voces que exigían el fin de la guerra.
Obama hizo de la retirada de las tropas uno de sus baluartes de la campaña electoral, respaldado por las posiciones publicas contrarias a la invasión que mantuvo incluso antes de que esta se produjera, en el 2003.
Ahora, con el cambio de escenario político en Estados Unidos, el sentimiento de los ciudadanos hacia la contienda en Irak ha comenzado a cambiar.
Según una encuesta elaborada por USA Today/Gallup esta misma semana, el 51 por ciento de los estadounidenses tiene una opinión positiva sobre la guerra, frente al 28 por ciento de enero del 2007.
Además, los estadounidenses que piensan que se puede ganar la guerra han aumentado hasta el 64 por ciento, frente al 42 por ciento de entonces. Los dos datos son los mejores recabados hasta la fecha por Gallup.
Para la cadena CBS, que elaboró su propia encuesta, los niveles de optimismo han regresado a los que había en 2003, en los primeros compases de la contienda, si bien la mayoría de los estadounidenses opina que Estados Unidos nunca debió de entrar en esta guerra.
El sentimiento dominante, según la cadena, es que las tropas deben regresar lo antes posible, y los estadounidenses celebran los planes de Obama de traer de vuelta a los soldados.
A finales de febrero, el presidente anunció que en agosto de 2010 se completaría la salida de las tropas de combate estadounidenses apostadas en Irak, donde quedarán entre 35.000 y 50.000 soldados en funciones de apoyo a las fuerzas iraquíes.
Estas funciones de apoyo se extenderán hasta finales de 2011, cuando expira el plazo para la permanencia de las tropas estadounidenses acordado el año pasado entre Washington y Bagdad.
En la actualidad se encuentran destinados cerca de 142.000 militares estadounidenses en suelo iraquí.
La iniciativa pondrá así fin a una guerra que ha durado ya seis años, ha dejado más de 4.250 estadounidenses muertos y ha supuesto un gran peso en la economía del país.
El presidente Obama quiere reforzar la presencia militar estadounidense en Afganistán a medida que disminuye en Irak y recientemente anunció el envío de cerca de 17.000 soldados adicionales al país centroasiático.
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