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El efecto Hiddink

El Chelsea se une al Liverpool en la persecución del Manchester

ALFREDO VARONA

Alex Fergusson, que lleva más de 20 años al frente del Manchester United, siempre dice que 'el cambio de entrenador no garantiza nada'. Pero en Stamford Brigde ya no están de acuerdo con él. Hace un mes, la depresión amenazaba al Chelsea. Había gente como Drogba que denunciaba su pesar. A siete puntos del United, la Premier se les escapaba a los londinenses y a Luis Filipe Scolari, el técnico, sólo se le ocurría decir que 'hay que seguir intentándolo'. Así fue hasta el día en el que se cansaron de él.

Llegó Hiddink, al que en Inglaterra apodan como El Maestro. Aterrizó en Londres con la idea de hacer pensar que 'todos los títulos son posibles'. Un mes después, no debe convencer a nadie. La realidad lo hace por él. Su Chelsea está en semifinales de Copa, en cuartos de la Liga de Campeones y ayer se posicionó por la Premier. Un gol de Essien derrotó al Manchester City y deja al Chelsea a cuatro puntos del Manchester United, los mismos que el Liverpool.

Guus Hiddink, de 62 años, gasta fama de ser un gran motivador. 'Con él hemos renovado las fuerzas', señala Ballack, 'y alcanzado un nuevo espíritu'. Pero, a diferencia de Mourinho, Hiddink tiene el teatro justo y jamás presume de mala educación. Desde que se dio a conocer a finales de los noventa, en el PSV de Koeman, Lerby o Vanenburg, con el que ganó la Copa de Europa, se habla de él como un señor. Es raro que presione a los jugadores. Aplica otra táctica, 'trabajen duro y se divertirán', les dice.

El último ejemplo ha sido Drogba, que ha recuperado su carácter decisivo. Cuando Hiddink llegó a Stamford Brigde, Didier quería marcharse. Ahora, la fotografía es bien distinta. Hiddink habla de él como 'el hombre mentalmente más fuerte' y el marfileño ha vuelto a ser el que fue. 'Pero esto ya lo sabía yo cuando llegué', insiste Hiddink, que se lo advirtió el primer día de trabajo: 'Un hombre como tú debes ser el líder de este equipo'. Y Drogba ha aceptado este papel en los peores momentos, como en la agonizante noche de Turín frente a la Juventus. Entonces apareció Drogba con el cuchillo.

La receta de Guus

El valor de Hiddink radica en la facilidad con la que logra lo que se propone. Él dice que 'el fútbol es carácter' y se aprecia en su aventura en el Chelsea. Ha ganado casi todos los partidos con el marcador apretado, pero eso a El Maestro le gusta, porque demuestra 'fortaleza de carácter'. Quizá no sea un visionario de las tácticas ni pase el día entero encerrado en su despacho, como Benítez. Pero hay pocos entrenadores con su credibilidad. Por eso, cuando Abramovich vio que Scolari se agotaba en el Chelsea, le llamó y Hiddink aceptó con la condición de seguir siendo el seleccionador de Rusia. El próximo 28 de marzo la dirigirá frente a Azerbayán. Pero esto no es nuevo para él.

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