Este artículo se publicó hace 16 años.
Egipto adopta nuevas medidas contra la gripe aviar ante la aparición de nuevos casos
El gobierno egipcio ha adoptado un paquete de medidas para frenar la propagación de la gripe aviar, tras un preocupante aumento de los muertos por ese virus, transmitido, sobre todo, por la cría de aves domésticas.
Con el inicio del mes de enero, cuando el virus es especialmente activo por el frío y tras la muerte en diciembre pasado de cuatro personas en menos de una semana por la infección, las autoridades se han puesto en alerta para frenar esa enfermedad.
Desde que apareciera en febrero de 2006 el virus en Egipto, se han detectado 43 infecciones humanas con la gripe aviaria, de los cuales 19 han sido mortales, lo que sitúa a este país en el cuarto lugar del mundo en número de casos letales.
Para tratar las nuevas medidas contra la gripe aviar, los ministros de Defensa, Interior, Exteriores, Sanidad, Medio Ambiente, Transporte, Agricultura, Desarrollo y Educación Universitaria, además de los gobernadores de las provincias donde se han detectado focos del virus se reunieron ayer, informó hoy la prensa local.
Entre esas medidas está el cierre durante al menos seis meses de las granjas donde ha aparecido el virus y la prohibición total del transporte de aves vivas entre provincias, medida esta última que se ha decretado en varias ocasiones de manera infructuosa.
Asimismo, las autoridades continuarán con la construcción en todo el país de modernos mataderos mecanizados para cumplir con la producción diaria de 2 millones de pollos en las condiciones higiénicas adecuadas.
Mientras que en las ciudades la cría de aves seguirá prohibida, en los pueblos, el Ejecutivo desarrollará un plan destinado a advertir a los ciudadanos de los peligros de criar pollos en las casas y de dejar a los niños que jueguen con esos animales.
El gobierno ha tomado estas medidas casi dos años después de que el virus apareciera en Egipto y al considerar que la cría de aves en las casas, una tradición muy extendida en los pueblos, supone el mayor peligro para la salud de los ciudadanos.
Y es que pese a las campañas pasadas que prohibían cualquier contacto directo con aves vivas, su cría en domicilios ha continuado, así como la costumbre, muy extendida, de comprar pollos vivos en el mercado y matarlos en presencia del cliente.
Además, las granjas de aves han perdido en el último año 623 millones de libras (116 millones de dólares, 78,6 millones de euros), sin contar los 300 millones en préstamos de bancos, que se han convertido en deudas, según cifras del ministerio de Finanzas.
La mayoría de las víctimas han sido hasta ahora mujeres y niños, ya que son las que tienen más contacto directo con las aves, que se crían al aire libre o bien dentro de las casas.
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