Este artículo se publicó hace 15 años.
El ejercicio más intenso reduciría el riesgo de ACV en hombres
Por Amy Norton
Los adultos mayores quetrotan, nadan o hacen otros deportes con intensidad moderada afuerte de manera regular tendrían menos riesgo de padecer unaccidente cerebrovascular (ACV) que los más sedentarios.
Un nuevo estudio de nueve años de duración sobre 3.300adultos mayores reveló que los hombres que hacían ejercicio deintensidad moderada a fuerte eran casi dos tercios menospropensos que los sedentarios a sufrir un ACV por un coágulosanguíneo, que es la causa más común.
El ejercicio menos intenso, como caminar, no mostró elmismo beneficio. La actividad tampoco protegió a las mujeres,aunque, para los autores, eso se debería quizás a que muy pocasde las participantes del estudio hacían ejercicio.
Los resultados aparecen en la edición en internet de larevista Neurology.
El ejercicio regular ayuda a controlar el peso, la presión,la diabetes tipo 2 y otros factores de riesgo del ACV; algunosestudios previos habían hallado que la actividad física tambiénreduciría el riesgo de ACV independientemente de esosbeneficios.
Aun así, a diferencia del infarto cardíaco, no lograronprobar que el ejercicio puede prevenir el ACV.
Los nuevos resultados sugieren que la actividad más intensasería especialmente protectora cuando se trata del ACV, por lomenos en los hombres.
"Fue la intensidad, y no las calorías quemadas, lo quepareció importar", dijo a Reuters Health el doctor Joshua Z.Willey, del Centro Médico de la Columbia University.
¿Por qué las mujeres no obtuvieron el mismo beneficio? Unaposibilidad es la existencia de un factor no registrado.
Por ejemplo, citó Willey, el estudio careció de informaciónsobre el uso de terapia de reemplazo hormonal (TRH), que estáasociada con un aumento del riesgo de ACV; las mujeres másactivas habrían sido más propensas a usarla.
"No hallamos beneficios en las participantes. Pero nopodemos negar que existan", dijo el autor.
Willey insistió en que los resultados no deberíandesalentar a las mujeres mayores. Cualquiera sea el efecto delejercicio sobre el riesgo de ACV, existen muchos másbeneficios, como la reducción del riesgo de desarrollarenfermedad cardíaca, precisó.
Lo mismo se aplica a los adultos mayores que pueden hacersólo actividad suave, como caminar, lo que está demostrado quemejora la salud cardíaca.
El estudio incluyó a 3.298 adultos mayores residentes en elnorte de Manhattan; más de la mitad era hispano, un cuarto eranegro y el 20 por ciento, blanco.
Sólo el 20 por ciento de los participantes dijo que hacíaactividades de intensidad moderada a fuerte, como trotar,nadar, andar en bicicleta o jugar al tenis. Casi el 41 porciento era totalmente sedentario.
"Lo alarmante es que un gran porcentaje no hacía nada deejercicio", señaló Willey.
Eso, indicó el experto, destaca la necesidad de encontrarformas de alentar a los adultos mayores urbanos a haceractividad física de manera regular.
FUENTE: Neurology, online 23 de noviembre del 2009
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