Este artículo se publicó hace 16 años.
El Ejército filipino envía más tropas al sur tras la matanza perpetrada por los rebeldes
El Ejército aumentó hoy el despliegue de tropas en la región del sur de Filipinas para reforzar la seguridad y perseguir a los rebeldes musulmanes que la víspera mataron a 31 civiles en dos localidades pobladas por católicos, indicaron fuentes militares.
Varios cientos de guerrilleros del Frente Moro de Liberación Islámica (FMLI), la mayor organización secesionista de Filipinas, atacaron el lunes los pueblos de Kauswagan y Kolambugan, en las provincia de Lanao del Norte, a unos 800 kilómetros al sur de Manila, la capital.
Los insurgentes saquearon, incendiaron las casas y comercios, y secuestraron al menos a una decena de personas, de acuerdo a fuentes de la comandancia militar regional.
El segundo jefe del Estado Mayor, teniente general Cardoso Luna, dijo a los periodistas, que el Ejército ha enviado tropas de refuerzo a la región para perseguir a los rebeldes, que se cree han buscado refugió en los bosques.
"Hemos liberado las localidades. Ahora está en marcha la operación de persecución, que no detendremos hasta que consigamos capturarles", señaló el teniente general Luna.
A raíz de las hostilidades en Lanao del Norte, cerca de 44.000 personas que abandonaron sus hogares han sido acogidas en centros públicos de las ciudades de Ozamiz y Iligan, según el recuento realizado por la Comisión Nacional de Desastres.
Los insurgentes islámicos reanudaron sus ataques sólo 24 horas después de que cuatro soldados y tres paramilitares murieran un otra emboscada también atribuida a la guerrilla en Lanao del Sur.
Esta ola de violencia, que arrancó el fin de semana, sigue a los intensos enfrentamientos librados la pasada semana en Cotabato del Norte, donde el FMLI ocupó un total de 13 pueblos que se resistía a abandonar, hasta que Arroyo les impuso un ultimátum.
Los choques dejaron casi medio centenar de muertos y más de 165.000 personas sin hogar en Cotabato del Norte, de donde salió el recurso que llevó hace dos semanas al Tribunal Supremo a suspender la firma de un memorando de entendimiento entre el Gobierno y los rebeldes.
Según ambas partes, el documento iba a allanar el camino para lograr un acuerdo de paz que pondría fin a décadas de guerra en una de las zonas más pobres del país.
No obstante, algunos políticos cristianos se oponen a dar un mayor grado de autonomía a los musulmanes de Mindanao, los primeros pobladores antes de que llegaran los colonizadores españoles.
La paralización temporal del proceso de paz ha provocado una creciente situación de tensión en el sur de esta isla, donde cuatro millones de musulmanes mantienen una difícil convivencia con nueve millones de católicos.
Fundado en 1984, el FMLI es la mayor organización separatista de Filipinas con más de 12.000 militantes, muchos de los cuales siguen combatiendo al Ejército pese al alto el fuego en teoría vigente desde 2003.
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