Este artículo se publicó hace 14 años.
Eli 'Paperboy' Reed, magnetismo soul y tupé en el festival Cruïlla Barcelona
Barcelona 18 jul (EFE).- Eli 'Paperboy' Reed ha derrochado puro magnetismo soul y altas dosis de tupé, guitarra y voz rota en el Parc del Fórum de Barcelona, donde se ha celebrado la última noche del Festival Cruïlla, que ha congregado a más de 5.000 personas.
'Paperboy', acompañado de su inseparable banda, The True Loves, ha revivido el soul. Sorprendente en un blanco de la intelectual Boston, al que algunos ya se atreven a nombrar el nuevo "rey del soul", y que suena tan sureño como un negro de Luisiana con ganas de entonar un blues mientras come cangrejo.
Galante de una poderosa técnica vocal llena de falsetes, voz quebrada y gritos, la actuación ha emanado verdad y 'feeling'.
Tan desgarrador como James Brown en temas como "Explosion" y tan enamoradizo como Otis Redding en piezas como "Am I wasting my time?"
Aunque un poco apagado al principio, con escuetas aproximaciones al público a base de 'fellas' y 'ladies', Paperboy, que recibe ese apodo por el gorro de repartidor de prensa que acostumbra a vestir, ha conseguido encandilar a un público ansioso de elegancia musical.
Al final, ha apartado la corbata y se ha despojado de las gafas de sol y la vergüenza, y ha encendido al público con piezas como la canción que da título a su último álbum "Come and Get it" o "Young girl". Dinamita para la audiencia.
Charlie Winston, en su primer concierto en España, ha sido la sorpresa en mayúsculas del sábado. Un trajeado británico y una amalgama de pop-rock, folk y rythym and blues que incluso se ha atrevido con un 'beatbox'.
Charlatán y simpático, ha fraseado en catalán y castellano, se ha insinuado a las chicas e incluso ha bajado del escenario para mezclarse entre un alucinado público. ¿Quién dijo que los ingleses eran aburridos?
Sugerente, ha navegado entre la melancolía y el nervio, y temas como "Like a hobo", que arrasó en el mercado francófono, han garantizado que lo suyo no será un visto y no visto.
D'Callaos ha sido, junto con Los Barrankilllos, la propuesta autóctona de la tarde.
Los de Terrassa, creadores del Nu-Flamenco, son otro ejemplo de fusión y cruce de culturas. El 'leit motiv' del festival.
Flamenco chupóptero de otros géneros, como el jazz, el reggae o el rock, y una Canija, vocalista de la banda y animadora por antonomasia, han dado la bienvenida al atardecer barcelonés.
Las primeras horas del festival, difíciles por el acuciante calor, han ido a cargo del hip hop trompetero de los franceses Hocus Pocus.
Un Mc, 20syl, cargado de 'boogie' y acompañado de ocho músicos, entre ellos un banda de viento que aportaba el toque jazz, un guitarrista y cantante, David Le Deunff, que ha aportado el solo soul del concierto. Todo envuelto con 'schratches' y 'loops' a cargo de Dj Greem.
El dancehall chileno de Moyenei ha seducido con una lírica cargada de feminismo y apelaciones al dios Jah.
Mucha energía y una difícil tarea, actuar en el escenario menor del festival siendo una "cantaora desconocida al otro lado del charco", como ella misma ha reconocido. Pero nada ha mellado la actitud combativa de la chilena.
Si de un 'insti' se tratara, el festival Cruïlla Barcelona sería el hippy de la clase por su cruce de culturas y músicas y por su compromiso social, inherente en el festival con la presencia de ONG's como Intermón Oxfam.
Pero en calidad musical y nuevas propuestas, no se queda, para nada, atrás respecto a los cabecillas de la ciudad condal, el Primavera Sound y el Sónar. Pequeño pero matón. EFE
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