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"Embrión" o cómo "El capital" de Marx llega al "psycho-thriller"

EFE

La proyección de "Embrión", del español Gonzalo López, dentro de la sección Nuevas Visiones del Festival de Cine de Sitges ha venido demostrar que todo es posible, incluso que El Capital de Marx pueda inspirar un "psycho-thriller".

"Embrión" narra la historia de cómo un aparente habitual ligue de fin de semana de dos personas que trabajan en la misma empresa puede convertirse en una pesadilla para ella, al convertirse en rehén del protagonista, Carlos, un joven guiado por unos profundos ideales.

En las profundas y sesudas discusiones ideológicas que secuestrador y secuestrada mantienen, también se cuelan elementos más profanos como la prostitución, el amor, la castración o el sexo.

La película, basada en "Taiji ga mitsuryosuru", del director japonés Koji Wakamatsu y escrita por Masao Adachi, es "el primer remake oficial de un filme japonés que se realiza en España", exhibe con orgullo López.

Según el director español, "no quería hacer un 'remake' convencional, y, de hecho, de la película original sólo queda la idea básica del argumento, dos personas que trabajan juntos, ligan y él la secuestra a ella".

En este esqueleto, López subrayó el tema político, que también estaba "aunque de manera más críptica" en la original japonesa.

Contribuyen a ese hilo argumental político las largas parrafadas que el protagonista lanza a su secuestrada hablándole de la alienación del trabajador o del carácter gris del funcionariado.

La cinta, pretende el director, está trufada de pequeños homenajes a directores de los que se siente influenciado, entre ellos el hitchcocktiano plano-secuencia del principio, cuando el joven enseña el piso a la chica, "nueve minutos que tuvimos que rodar 31 veces, porque buscaba la perfección, y aunque al final no lo conseguimos, se aproxima bastante".

También hay "citas" fílmicas a Brian de Palma, al cine político italiano de los años 70, a los duelos de western de Sergio Leone o al filme "Pierrot le fou".

Contar con un presupuesto muy bajo, 15.000 euros, "el doble de lo que costó 'El Mariachi", recuerda López, no ha sido un menoscabo para el resultado final del filme, aunque reconoce que "la pos-producción fue un doloroso y eterno parto por la falta de medios económicos".

Javier Rueda, cámara y productor del filme, ha dicho que "para poder recibir subvenciones la película tiene que costar mucho dinero y en el reparto de las ayudas, cintas como 'Embrión' quedan siempre fuera".

Mucho mejor sabor de boca ha dejado entre público y crítica el filme "The Burrowers", un acertado cruce entre el cine de monstruos y el western, por otra parte, extraña e inédita combinación que se ha proyectado en Sitges dentro de la sección oficial competitiva.

El director de "The Burrowers", J.T. Petty, ha comentado que "desde un principio quise centrarme en el tema de los monstruos y el misterio que los rodeaba, y por ello no debía haber un protagonista claro".

"The Burrowers" está ambientada en el siglo XVIII en las tierras secas de Dakota, donde un inmigrante irlandés se enamora de una yanqui, cuya familia aparece asesinada.

Aunque las primeras miradas culpabilizadoras se dirigen hacia los indios, los colonos descubrirán pronto que los indios no han sido.

"Quería añadir un elemento inesperado que pusiera en riesgo a todos los colonos, que debían enfrentarse entonces a las consecuencias", señala Petty.

En cuanto al vestuario, el director huyó de los iconos y optó por una "ambientación realista", extraída en gran parte de fotografías antiguas.

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