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Encierros de protesta durante la campaña

Empleados municipales, enfermeras y empleados de Afinsa recurren a este sistema para hacer presión

S. HIDALGO / V. PÍ

La protesta tiene éxito cuando ocupa páginas y minutos en los medios de comunicación. En vísperas de elecciones generales, es difícil robar protagonismo a una campaña electoral.

Conocedores de esta realidad, en los últimos días varios colectivos de ciudadanos han optado por encerrarse en lugares públicos para llamar la atención sobre sus reivindicaciones.

La última oleada de encierros la inauguró hace 15 días una veintena de jubilados, afectados por la estafa de Afinsa y Fórum Filatélico.

Pese a la negativa de los responsables eclesiásticos de acogerles, 14 de ellos pasaron la noche del 15 al 16 del mes pasado en la catedral madrileña de La Almudena. Gracias a esto, la manifestación que organizaron el día 16 cobró mayor protagonismo.

Visto el éxito, el Sindicato de Auxiliares de Enfermería (SAE), también eligió la catedral madrileña como centro de sus reclamaciones. Los 130.000 profesionales que hay en España quieren que el Gobierno abra la vía para que se les reconozca como técnicos de grado superior (actualmente su única vía de formación es un módulo de grado medio).

La Policía desalojó la madrugada de ayer al grupo de 50 que consiguió resistir en el templo. El sindicato ha convocado jornadas de huelga para el miércoles, jueves y viernes de la semana que viene.

Polideportivos públicos

Los empleados de los polideportivos municipales madrileños también han optado estos días de campaña electoral por el encierro como protesta. 'El Ayuntamiento de Madrid quiere privatizar las zonas deportivas y eso dejará en la calle a muchos trabajadores. Un grupo llevamos ocho días encerrados en uno de los polideportivos de Madrid', explicó ayer Christian Cruz, delegado del sindicato CGT.

'Dormimos y vivimos aquí, es verdad que por la noche nos quedamos menos, pero por el día llegamos a estar hasta treinta', explicó Cruz. Además del encierro, los afectados reventaron ayer un acto del alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón. Un grupo de personas dieron una patada en la puerta del recinto donde se celebraba el acto.

Y ahí más. En Galicia, los trabajadores de los servicios de urgencias extrahospitalarias de la región exigieron hace dos semanas mejoras laborales y salariales encerrándose en centros hospitalarios de diversas ciudades gallegas.Un centenar de ganaderos también decidieron hace quince días pasar la noche en una iglesia de la localidad de Lorca (Murcia) como acto simbólico para salir de la crisis que atraviesa el sector.

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