Este artículo se publicó hace 16 años.
ENFOQUE-Etiqueta "Hecho en China", perjudicada por caso lácteos
Por Ben Blanchard
Una serie de escándalos con la seguridadde productos, incluyendo leche para bebés contaminada que secree causó la muerte a seis infantes y enfermó a miles, hasacudido la fe de los compradores, haciendo que desconfíen deartículos hechos en China pese al precio a menudo más bajo.
"Me sentí físicamente indignada cuando lo vi portelevisión", dijo Sally Villegas, una madre de dos niños enAustralia, refiriéndose al escándalo por la leche para bebéscontaminada con melamina que salió a la luz en septiembre.
"Si estoy de compras y tomo un producto hecho en China, sí,lo regreso a su lugar", agregó Villegas.
El escándalo de la melamina fue el último de una serie derecientes problemas de seguridad que incluyó pintura con plomoen autos de juguete y el anticoagulante heparina hecho en Chinacontaminado que fue responsabilizado por muertes en EstadosUnidos y Alemania y que dio lugar a su retiro internacional delmercado a comienzos de este año.
Después de cada escándalo, Pekín pareció tener la mismarespuesta: lanzar una ofensiva, destruyendo productosadulterados por televisión, encarcelando a unos pocosfuncionarios y diciendo que le "presta mucha atención" alproblema.
El problema es que no obstante todos los esfuerzos yexhortaciones del Gobierno los escándalos siguen ocurriendo, yes probable que sigan ocurriendo, debido a una laxa aplicaciónde las reglas, industrias fragmentadas, la pobreza generalizaday el enorme tamaño de China, según analistas.
"Estoy seguro de que habrá más. Es casi una certeza. Nosólo en los campos que ya hemos visto, sino en otros", dijoDuncan Innes-Ker, un analista de China en la Unidad deInteligencia Económica de Pekín.
"China se enfrenta a muchos problemas porque estáconvirtiéndose en una economía grande pero muy pobre, yobviamente no puede haber mecanismos de seguridad al estilooccidental en una economía donde la mitad de la población nogana más que un par de dólares al día", agregó Innes-Ker.
PRODUCTOS CHINOS RECHAZADOS
Jin Biao, vicepresidente del grupo industrial InnerMongolia Yili, uno de los mayores productores de lácteos deChina, admitió que el problema de la melamina había afectado laya destrozada reputación del país en el extranjero.
"La contaminación fue un problema de nuestraadministración. Primero debemos resolverlo sin tratar deresponsabilizar a nuestros granjeros, o a nuestra sociedad, oal país", dijo Biao a Reuters.
Yili fue nombrada como una de las 22 compañías que sedescubrió producían leche bebible contaminada con melamina,aunque después de una minuciosa examinación China ahora insisteque el problema ha sido efectivamente retirado de la industria.
La melamina, un químico usado para hacer plásticos, fueagregada a la leche para bebés para engañar las pruebas decontrol de calidad en busca de niveles proteicos. El escándalodio lugar a vedas en todo el mundo sobre alimentos quecontenían productos lácteos chinos.
Estados Unidos emitió una alerta a las importaciones deproductos alimenticios hechos en China, pidiendo que seanretenidos en la frontera a menos que los importadores pudiesencertificar que están libres de elementos lácteos o libres demelamina.
"Creo que es evidente para los chinos que cuando hay unproblema de calidad, hace más que sólo afectar a ese segmentode la industria", dijo en una reciente visita a Shanghái elsecretario de salud de Estados Unidos Mike Leavitt. "Perjudicaa toda la marca 'hecho en China'," agregó.
La medida de Estados Unidos provocó una reacción furiosapor parte de China, que la denominó "unilateral" y manifestó un"profundo pesar".
Pero los consumidores ya están votando con sus bolsillos.
Tras el problema de la melamina, los supermercadostaiwaneses por ejemplo reportaron ventas siderales de losproductos claramente marcados como "hechos en Taiwán",enfatizando que no provenían del otro lado del estrecho y quepor lo tanto eran confiables y de alta calidad.
Pero boicotear los productos chinos no es un asunto simple,dijo Matthew Crabbe, director general de la firma deinvestigaciones Access Asia.
"Creo que la gente no entiende realmente cuánto se hace enChina", comentó.
Mudar la producción a algún otro país de bajo costo tampocosolucionaría el problema, agregó Crabbe.
"Van a tener los mismos problemas nuevamente. Irán aBangladesh o algún otro lugar, y tendrán exactamente los mismosproblemas otra vez. Es el control de calidad", agregó elhombre.
OCULTAMIENTOS
Los desafíos que presenta la pobreza de China se venexacerbados por la corrupción y la autonomía de los gobiernoslocales, muchos de ellos a cientos de kilómetros de losfuncionarios de Pekín que tratan de rehabilitar la reputacióndel país.
Una cultura de ocultar las malas noticias, o de retrasar ladifusión de problemas a los superiores, empeora el desafío.
El gobierno de la ciudad de Shijiazhuang, hogar de lacompañía Sanlu que estuvo en el centro del escándalo de lamelamina, inicialmente no difundió el problema, temiendo quetal vez pudiese echar por tierra la imagen feliz que se estabaofreciendo por los Juegos Olímpicos.
Esta actitud está cambiando, afirman observadores.
Anthony Hazzard, asesor en materia de seguridad alimenticiacon sede en Manila de la Organización Mundial de la Salud, dijosentirse alentado por el modo en que China había empezado acompartir la información a raíz del escándalo de la melamina.
"Que haya una apertura y que se comparta la informaciónfortalecerá la confianza", dijo Hazzard a periodistas enPekín.
De todos modos, probablemente sea cuestión de tiempo antesde que se devele el próximo escándalo en un país donde inclusolos medicamentos son un vale todo para los inescrupulosos quebuscan ganar dinero rápido.
"Lo siguiente probablemente sea la industria de productosfarmacéuticos adulterados, el sector de las píldoras herbales",comentó Crabbe. "Dios sabe qué es lo que le ponen a esas cosas,y qué regulación hay, si es que hay alguna, de esa industria",agregó.
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