Este artículo se publicó hace 15 años.
ENTREVISTA - Obama iría a Copenhague si marca la diferencia
Por Patricia Wilson y Matt Spetalnick
El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, dijo el lunes que viajaría a Copenhague el mes próximo si la cumbre global sobre el cambio climático se acerca a un acuerdo y su presencia hace la diferencia para firmarlo.
Se trató de la afirmación más sólida del presidente de que podría ir a Dinamarca a mediados de diciembre para ayudar en la firma de un pacto que afronte al cambio climático, un proceso entrampado por disputas entre los países ricos y las grandes naciones en vías de desarrollo.
"Si tengo confianza en que los países involucrados están negociando de buena fe y estamos al borde de un acuerdo significativo y mi presencia en Copenhague hará la diferencia para lograrlo, entonces ciertamente eso es algo que haré", declaró Obama en una entrevista con Reuters.
Obama, quien ha afrontado la resistencia de los republicanos y de algunos de sus socios demócratas para establecer límites en la emisión de los gases de efecto invernadero, reconoció que el Senado de Estados Unidos no lograría aprobar una ley antes de la cumbre en Copenhague.
Los retrasos en el Congreso estadounidense han irritado a sus aliados europeos y aumentado los cuestionamientos sobre cuán significativo será finalmente el acuerdo de la capital danesa. Sin embargo, Obama se mostró optimista de que el encuentro del 7 al 18 de diciembre lleve a un acuerdo marco.
"Pienso que la pregunta es si podemos crear una serie de principios, construir bloques, que permitan continuar el actual proceso sobre el tema y eso es algo que confío podemos alcanzar", dijo.
Obama dejó claro que considera que sus negociaciones con los dirigentes chinos en la gira que va a emprender por Asia serán cruciales para despejar los restantes obstáculos en el camino de un acuerdo medioambiental.
"La clave para Estados Unidos y China, los dos grandes contaminantes del mundo, es poder llegar a un acuerdo marco al que puedan unirse otros grandes emisores de gases como los europeos y aquellos países que serán grandes contaminantes en el futuro, como India", indicó.
"Sigo optimista en que entre ahora y Copenhague podamos llegar a un marco de acuerdo", agregó.
HABLARÁ DE DDHH CON CHINA
El presidente de Estados Unidos rechazó el lunes las críticas acerca de que está desestimando los temas relacionados con los derechos humanos en su acercamiento con China y algunos otros países.
"No encuentro creíbles a los críticos", aseguró. "Si ven mis declaraciones, estas han sido totalmente consistentes. Creemos que los valores de la libertad de expresión, prensa, religión, no son tan sólo valores estadounidenses sino que son universales".
Obama irá esta semana a Asia para un viaje de nueve días por Japón, Singapur, China y Corea del Sur.
Algunos críticos han citado su decisión del mes pasado de no reunirse con el Dalai Lama como una señal de que está dispuesto a aminorar el interés sobre los derechos humanos para intentar obtener favores de China en otros temas, tales como la economía mundial y la disputa nuclear con Corea del Norte.
DESEQUILIBRIOS
Estados Unidos ve a China como un socio vital y un competidor, pero ambos países necesitan resolver sus desequilibrios económicos o se arriesgan a "fuertes tensiones" en su relación, aseguró Obama, quien sostuvo que los dos países más poderosos del mundo necesitan trabajar juntos en los grandes temas, y que cualquier competencia entre ambos debe ser justa y amigable.
"Respecto a los temas críticos, sea el cambio climático, la recuperación económica o la no proliferación nuclear, va a ser muy difícil que tengamos éxito o que China tenga éxito en nuestros objetivos respectivos, sin trabajar juntos".
Durante la entrevista en el Salón Oval, el presidente advirtió que las relaciones económicas entre ambas naciones se han vuelto "profundamente desequilibradas" en las últimas décadas, con una profunda brecha comercial y enormes volúmenes de deuda estadounidense en manos chinas.
a la que en Estados Unidos se considera como significativamente devaluada -, como un factor que contribuye a los desequilibrios.
"A medida que resurgimos de una situación de emergencia, una situación de crisis, creo que China estará cada vez más interesada en encontrar un modelo que sea sostenible a largo plazo (...) Ellos tienen una gran cantidad de dólares en su poder, así que nuestro éxito es importante para ellos", expresó el mandatario.
"El otro aspecto de eso es que si no resolvemos algunos de esos problemas, creo que habrán fuertes tensiones en nuestras relaciones tanto en el aspecto económico como en el político", agregó.
El consumo excesivo y la fuerte toma de préstamos en Estados Unidos, junto con agresivas políticas de exportación, un alto nivel de ahorro y préstamo desde Asia alimentaron una burbuja económica global que explotó el año pasado.
Estados Unidos está tratando de persuadir a China para que refuerce el consumo local y compre más bienes estadounidenses en el proceso, mientras que Washington promete ahorrar más y pedir menos prestado.
Los líderes del Grupo de los 20 se comprometieron en una cumbre en Pittsburgh en septiembre a buscar políticas para reducir los desequilibrios económicos. Obama dijo que una de las metas de su viaje es avanzar con ese acuerdo.
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