Este artículo se publicó hace 17 años.
El enviado de la ONU se reunió con Suu Kyi tras presionar a la Junta Militar birmana
El enviado especial de Naciones Unidas para Birmania (Myanmar), Ibrahim Gambari, se reunió hoy con la líder opositora, Aung San Suu Kyi, antes de concluir una visita en la que presionó a la Junta Militar para que efectúe la reforma democrática.
Al término de la misión encomendada a Gambari, la ONU indicó que se había progresado durante las gestiones realizadas por su representante para promover un diálogo entre la Junta Militar y la oposición.
"Ahora tenemos un proceso que nos llevará hacia un diálogo sustancioso", destacó la ONU en un comunicado emitido pocas horas después de que Gambari emprendiera regreso a Nueva York para informar al secretario general, Ban Ki-moon, sobre los resultados de sus seis días de conversaciones con los generales y representantes de la oposición.
Suu Kyi fue escoltada por la policía hasta la residencia de huéspedes del Gobierno, cerca de su vivienda de Rangún en la que cumple arresto domiciliario desde junio de 2003, y donde ya se entrevistó dos veces con Gambari, durante su anterior visita, poco después de que a finales de septiembre las fuerzas de seguridad aplastaran las manifestaciones en favor de la democracia.
Gambari se reunió con la líder opositora por espacio de casi una hora, después de entrevistarse con tres destacados miembros de la Liga Nacional por la Democracia (LND), entre ellos Aung Shwe, uno de los lugartenientes de Suu Kyi y presidente de la formación política que encabeza la principal cautiva del régimen.
"Las reuniones con Gambari tienen lugar porque en la LND creemos que son un importante paso para intentar alcanzar una reconciliación nacional", indicó el portavoz de la formación opositora, Nyan Win.
También antes de emprender regreso a la sede de la ONU, Gambari se entrevistó con una representación de influyentes monjes budistas, impulsores del desafío popular al régimen militar.
La fase final de la ronda de contactos mantenidos por Gambari, que llegó el pasado sábado a Birmania, tuvo lugar mientras en diversas ciudades del país varios grupos antigubernamentales intentaron promover nuevas protestas mediante la distribución de panfletos.
A pesar del progreso anunciado por la ONU, Gambari fracasó en su intento de reunirse con el jefe de la Junta Militar, general Than Shwe, y recibió además una respuesta negativa a la propuesta de mantener un encuentro tripartito con Suu Kyi y el ministro de Trabajo, Aung Kyi, designado hace un mes "enlace" oficial entre la líder de la oposición y el régimen.
La propuesta de Gambari fue calificada de "prematura" por la Junta Militar, mientras que por su parte la prensa estatal birmana arremetió contra la ONU, a la que acusó de interferir en los asuntos internos y de servir a los intereses de Estados Unidos.
El diplomático nigeriano se entrevistó también durante su visita con varios ministros del Gobierno militar, miembros de grupos étnicos y representantes del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR).
Este organismo internacional ha pedido a la Junta Militar acceso a las personas arrestadas a partir del pasado 26 de septiembre, cuando los soldados comenzaron el aplastamiento de las manifestaciones pacíficas que desafiaban a la dictadura.
Desde entonces, las autoridades sostienen que murieron diez personas y casi 3.000 fueron detenidas, de las que afirman haber puesto en libertad a la gran mayoría.
En cambio la disidencia calcula que en unos 200 los muertos y en más de 6.000 los detenidos.
Birmania (Myanmar) está gobernada por los militares desde 1962 y no celebra elecciones parlamentarias desde 1990, cuando el partido oficial perdió de forma abrumadora ante la formación opositora de Suu Kyi.
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