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"El erotismo es la energía vital, una fuerza misteriosa"

El autor de comics eróticos Milo Manara confiesa que se enamora diez veces al día

R. FERNÁNDEZ / G. FOURMONT

Su lápiz ha dado vida a la curva femenina. Ha modelado las fantasías eróticas y les ha dotado de alas a base de labios carnales, pecas y volúmenes rotundos. Desde que comenzó a dibujar mujeres, con tan sólo 14 años, Milo Manara (Italia, 1945) ha construido el deseo en el cómic erótico con obras como El Clic, El Rey Mono y El Gaucho, entre otras muchas, en donde refleja que el poder de la mujer está en su sensualidad. 'Mi concepto de las mujeres siempre ha sido paritario', explica por teléfono desde su casa de Verona este artista interesado en relatar el erotismo 'sin sentimiento de culpa'.

Tras trabajar con maestros como Hugo Pratt y Federico Fellini, Manara se encuentra inmerso junto a Alejandro Jodorowsky en el último episodio de Los Borgia, un proyecto más que viene a confirmar la vitalidad del deseo en el cómic. 'El erotismo cambia', afirma pausadamente, pero 'no puede morir porque también moriría el género humano'.

¿Qué es el erotismo para usted?

Es una cosa muy difícil de definir porque si fuese posible definirla desaparecería. Sencillamente es la energía vital, una fuerza misteriosa.

¿En qué se diferencia de la pornografía?

La verdadera diferencia es lo que decía Woody Allen, que la pornografía es el erotismo de los otros; es decir, que aquello que para nosotros puede ser pornográfico para los demás puede ser simplemente erótico. Y viceversa. Es muy difícil hacer una distinción, pero creo que la única posibilidad de distinguirlo es la intención. Si uno quiere ganar dinero vendiendo un kilo de fotografías, entonces es pornografía. En cambio si uno tiene la intención de afrontar el argumento, de vivirlo junto al propio lector, es erotismo.

¿Por qué no le gusta el porno?

Creo que es una operación sólo de tipo comercial que explota el ansia que cada uno tiene de ver representadas las propias fantasías. Además, las películas pornográficas son muy aburridas. Se trata de operaciones repetitivas, sin ningún tipo de historia.

En los años setenta el erotismo tenía un discurso social. ¿Ahora ha perdido ese matiz de liberación?

Cuando empecé a dibujar cómics, pensaba que había un pequeño rol social, porque el erotismo tenía una carga subversiva. Si miramos el curso de los siglos, el poder, ya sea político o eclesiástico, ha ejercido su fuerza sobre el erotismo y el sexo para mantener su poder, y esto ha durado hasta el siglo XIX y buena parte del XX. Tras el famoso Mayo del 68 se produjo la liberación y una especie de revolución sexual. España ha vivido este cambio unos años después que Italia por el franquismo, pero la ha vivido intensamente, quizás más que mi país.

¿Qué ofrece el cómic al erotismo que el cine o la literatura no le da?

Los símbolos tienen la posibilidad de permanecer más en el ámbito mental y, por tanto, en el universo erótico, porque el erotismo es un ámbito mental y nuestro órgano sexual más importante es el cerebro.

¿Hay un erotismo femenino y otro masculino?

Creo que sí. No son realmente distintos pero sí que hay matices y diferencias en la forma en la que lo viven las mujeres y los hombres. Por ejemplo, creo que forma parte del imaginario femenino el exhibicionismo mientras forma parte del masculino el voyeurismo. Pero por fortuna son complementarios. Si yo soy voyeur y la chica es exhibicionista, vamos muy bien.

En sus obras, ¿el erotismo es un poco más femenino?

Creo que sí. Al menos trato de interpretar un erotismo a lo femenino. Pero en el fondo son siempre historias de un hombre que intenta penetrar en un secreto que para nosotros siempre será un misterio. Menos mal que queda un misterio.

¿Y cree que tiene edad?

No. Creo que hay un desarrollo, es decir, a cada edad le corresponde una visión erótica un poco diferente, pero el erotismo está siempre y sólo desaparece cuando también desaparece el interés por la vida.

En este desarrollo, ¿en qué punto está ahora su visión del erotismo?

Tiendo hacia lo abstracto. Mi tipo de erotismo siempre ha sido un poco voyerista. Ahora me enamoro diez veces en un día caminando por la calle. Cuando era más joven trataba de hablar para ver si era posible tener una aventura. Ahora no me interesa, me basta la contemplación.

¿Es verdad que a menudo recibe fotos de chicas que quieren convertirse en su modelo?

Sí. Ahora con Internet, me envían dos al día. Me dicen que querrían un retrato o aparecer en un cómic. Cuando voy a festivales, la mayoría de público que viene a verme son mujeres.

¿Qué es lo que más le interesa de las mujeres?

Normalmente la cara y, sobre todo, los ojos porque demuestran la inteligencia. Y no existe erotismo sin la inteligencia, porque es un juego del cerebro. Cuando se ve en los ojos de una mujer el destello de la inteligencia, también se ve el destello del erotismo.

¿Es lo más importante de su vida?

Creo que el erotismo es la cosa más importante en la vida de todos. Para mí es una especie de religión.

¿El caso de Berlusconi con sus veline está rodeado de erotismo o de vergüenza?

El problema es que es una vergüenza sólo para la mitad de los italianos, que lo consideran como una señal de una arrogancia absoluta. Y la vergüenza más grande es que la Iglesia en este caso no dice ni una palabra, porque la Iglesia tiene muchos intereses económicos y Silvio Berlusconi se los garantiza. En Los Borgia, Alejandro Jodorowsky habla de la corrupción, de la depravación del Papa, con la intención de demostrar la decadencia moral de la iglesia en el siglo XVI, y es un poco lo que está sucediendo en Italia con nuestro premier.

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