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España confía en que Paraguay supere la crisis política tras la destitución de Lugo

EFE

El Gobierno español defendió hoy el pleno respeto a la institucionalidad democrática y el Estado de derecho, y confió en que Paraguay logre encauzar la actual crisis política, así como salvaguardar la convivencia pacífica del pueblo paraguayo, tras la destitución del presidente del país sudamericano, Fernando Lugo.

El exobispo Fernando Lugo perdió ayer la Presidencia de Paraguay después de ser considerado "culpable" de mal desempeño en sus funciones en un "juicio político" por lo que el vicepresidente, Federico Franco, asumirá el cargo hasta el término del mandato, en agosto de 2013.

El Ejecutivo español sostuvo en un comunicado que "ha seguido con atención" el desarrollo de este juicio político que se desarrolló en la Cámara de Diputados y en el Senado de Paraguay contra Lugo, y aseguró haber "tomado nota" de su decisión de acatar la resolución del Senado por que le destituía de su cargo.

"España defiende el pleno respeto a la institucionalidad democrática y el Estado de derecho, y confía en que Paraguay, en el marco del respeto a su Constitución y a los compromisos internacionales, logre encauzar la actual crisis política, así como salvaguardar la convivencia pacífica del pueblo paraguayo", añadió la nota.

Asimismo, el Gobierno español informó de que mantiene contacto con los países de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) y de la Organización de Estados Americanos (OEA), y que desea colaborar con ellos para ayudar a Paraguay a superar esta situación.

Varios países expresaron hoy su posición sobre la destitución de Lugo, la primera de un presidente en la historia de Paraguay, que Argentina, Ecuador, Bolivia, República Dominicana y Venezuela consideraron un "golpe de Estado", y aseguraron que no reconocerán a Franco como nuevo jefe de Estado de Paraguay.

También Costa Rica "deploró" un proceso con "visos de golpe de Estado", Perú lo definió como "golpe a la democracia", El Salvador consideró que esta destitución "vulnera el orden democrático" y Estados Unidos hizo un llamamiento a la calma, al igual que México.

La Constitución paraguaya prevé la posibilidad de un "juicio político" al presidente y también que si es destituido por el Senado, que actúa como tribunal, el vicepresidente asuma la jefatura del Estado hasta las siguientes elecciones presidenciales, en este caso previstas para abril de 2013.

En su primer discurso ya en el cargo, Franco sostuvo que la "transición" que comienza en el país "se realiza dentro del orden constitucional" y "de ninguna manera pone en riesgo la vigencia y principios democráticos universales".

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