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España corta su racha triunfal en la Copa Davis

EFE

España puso fin en Clermont-Ferrand a su idilio de más de tres años con la Copa Davis, tiempo en el que consiguió dos Ensaladeras consecutivas, tras perder por la vía rápida ante Francia (3-0), que basó su triunfo en Michael Llodra y en la pista superrápida que seleccionó para la eliminatoria.

Fue un fin de semana para olvidar para los chicos del capitán Albert Costa. Una manera dolorosa de decir adiós a una competición en la que ha reinado en los dos últimos años, con las Ensaladeras de Mar del Plata en 2008 y de Barcelona en 2009.

Los males de España empezaron desde la elección de la sede, Clermont-Ferrand. Una ciudad mal comunicada -sin aeropuerto internacional-, que les obligó a reservar su cuartel general en Vichy, a unos 60 kilómetros del pabellón Zenith donde se han desarrollado los partidos.

Pero el factor clave fue la pista. "Es la pista más rápida en la que he jugado", comentó el alicantino David Ferrer durante las sesiones de entrenamientos previas a los partidos.

Y es que Francia, pese a la baja de Jo-Wilfried Tsonga, sabía que tan sólo en una superficie en estas condiciones podría hacer daño a España.

Para ello se encomendó a Michael Llodra, tenista número 35 del ránking mundial, pero que a sus 30 años, está dando el mejor tenis de su carrera. Así lo demostró ante Fernando Verdasco en el partido de individuales y en los dobles, junto a un también sólido Julien Benneteau.

Llodra se mantuvo incontestable en el servicio -en el doble no cedió ni un juego con su servicio- y además se mostró también muy certero con la volea.

"La pista era perfecta para Llodra", admitió Feliciano López tras la derrota en el doble, rendido ante la magia del rejuvenecido tenista de París, quién señalo que había logrado "la victoria más bella" de su carrera en los individuales.

En la jornada del viernes se gestó la derrota española. Un combativo Ferrer -el único jugador español que pareció rendir al nivel esperado- estuvo a punto de levantar un partido que se le había puesto muy cuesta arriba al perder los dos primeros sets.

Ferrer, pura casta, llevó al atlético Gaël Monfils hasta el quinto set, pero el francés reaccionó y se acabó llevando un partido que se decidió "por detalles", según el técnico Albert Costa.

En el segundo partido, el consistente Llodra derrotó en cuatro sets a un Verdasco disperso, "cabreado" con el árbitro juez por algunas bolas dudosas, y un pelín bajo de forma para esta Copa Davis, a la que llegó tras perder en Wimbledon en primera ronda.

España lo dejaba todo en manos del doble. "Feli" y "Fer", la pareja que venció en la final de Mar del Plata en pista rápida y cubierta debían salvar un "match ball".

Pero esta vez el dueto no funcionó como esperaba la hinchada española, en especial en dos desastrosos primeros sets. Pese a una reacción tardía de orgullo, pero insuficiente, España ponía fin a su camino en la Copa Davis.

"No se nos puede reprochar nada", argumentó un cabizbajo Costa, que señaló que tiene ganas y está "ilusionado" para continuar en el cargo, y cuyo contrato finaliza este año.

Y es que el capitán no quiere perder la oportunidad de gestionar un grupo con numerosas oportunidades y una generación espléndida de tenistas, ubicados en los puestos altos del ránking mundial.

Rafael Nadal -ausente por lesión-, David Ferrer, Fernando Verdasco, Feliciano López, Nicolás Almagro, Tommy Robredo o Marcel Granollers tienen cuerda para rato.

El número uno del mundo y ganador de Roland Garros y Wimbledon, ausente en 6 de las últimas 10 convocatorias por lesión o precaución, debe ser la piedra angular para iniciar el año que viene la reconquista de la Ensaladera.

El camino hacia la consecución de la tercera Davis consecutiva -algo que nunca se ha conseguido desde la instauración del Grupo Mundial en 1981- se cercioró de la forma más rápida posible, pero el futuro sigue siendo español.

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