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España será en 2010 el centro político mundial

Ejercerá la presidencia de la UE durante un semestre decisorio

G. L. A.

La presidencia de la Unión Europea convertirá a España, durante el primer semestre de 2010, en el centro de la política internacional y del debate para replantear los fundamentos de la economía.

Durante ese período, el Gobierno de Zapatero será el organizador de al menos siete cumbres de dimensión mundial, entre ellas la que se celebrará en Madrid con el presidente de EEUU, Barack Obama. Pero la proyección internacional de Zapatero no se limitará al papel de organizador y anfitrión de esas cumbres, sino que viene dada en gran medida por el momento en el que toca a España ejercer la presidencia. Será el momento de 'la refundación' de la Unión Europea y de la articulación de posiciones comunes frente a la crisis, una vez descartado que para entonces se haya producido la recuperación.

La joya de la presidencia española será el rediseño de la Agenda de Lisboa, que estableció en 2000 la estrategia de crecimiento europeo, basada en las nuevas tecnologías de la información y en la I+D+i. Su vigencia acaba en marzo de 2010, por lo que corresponderá a la presidencia española hacer su reformulación, en plena crisis económica.

Además, concluye el ciclo de vigencia de otras políticas y acuerdos de la UE, como los relacionados con el cambio climático, el espacio de seguridad, justicia y libertad, la inmigración, la agenda social o incluso la forma en que se configuran los presupuestos de la Unión. También en estos ámbitos corresponderá a España asumir el papel de motor e impulsor.

El Tratado de refundación

'Es el momento en el que todo pasa. Y no digamos si entra en vigor el Tratado de Lisboa', subrayan fuentes del Ministerio de Asuntos Exteriores. La entrada en vigor del tratado refundacional de la UE está a expensas de la aprobación por Irlanda en referéndum, previsto para el próximo otoño. Si el resultado fuera favorable, tocaría también a la presidencia española su puesta en marcha y desarrollo.

El Tratado de Lisboa tiene amplias implicaciones institucionales y políticas. Por un lado, modifica la arquitectura institucional al crear la figura de un presidente y de un responsable de la política exterior con rango de vicepresidente, a la vez que refuerza el poder del Parlamento europeo. Pero, además, introduce en la legislación de la UE una Carta de derechos de los ciudadanos europeos, refuerza la política exterior europea, crea una iniciativa legislativa popular con el aval de un millón de firmas o establece competencias en materia de energía. Y todo ello tendrá que afrontarse después de la presidencia de dos países que se caracterizan por su escaso europeísmo Chequia y Suecia y con el horizonte de sucesión por otros dos de peso menor en la Unión Bélgica y Hungría.

Zapatero comparecerá en enero ante el Parlamento Europeo para presentar el programa de la presidencia española, cuya elaboración coordina el secretario de Estado para la Unión Europea, Diego López Garrido.

Durante ese semestre se calcula que se celebrarán 2.500 reuniones en Bruselas y varios centenares en España, todas ellas bajo la dirección de un representante del Gobierno español.

EEUU
La cumbre con 'el amigo americano', en un momento en que las dos partes apuestan por reforzar el eje trasatlántico, se celebrará en Madrid.

Latinoamérica
Esta reunión tendrá también como sede a España.

México
Habrá igualmente en España una reunión singular con México.

Mediterráneo
La celebración de esta cumbre corresponde que se haga en un país africano, pero dada la dificultad del consenso sobre la sede , podría hacerse también en España (Barcelona).

Marruecos
El Ministerio de Asuntos Exteriores ya ha cerrado con el país vecino el acuerdo para que la cumbre con la UE se celebre durante la presidencia de Rodríguez Zapatero y en territorio español.

Rusia y Japón
Está previsto que tengan lugar también en España reuniones con ambos gigantes económicos.

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