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A la espera de que llegue el zafarrancho

Entre tanto grito, exageración y provocación, un poco de ingenuidad

PEIO H. RIAÑO

Suele hacer las cosas a susurros, por lo bajito mientras habla de sueños, noches, deseos y desorientación, como en esta pieza que ha traído a ARCO. Unos zapatos esperan quietos, de repente salta la puntera de uno y empieza a atizar el suelo, en claro gesto de esperar. “Lo que pasa cuando no pasa nada”, define Carolina este rinconcito que quiere ser metáfora de la espera. Esos zapatos esperan un baile, como ella misma explica, esperan algo con lo que arranque todo. Echar a andar y que el destino sea propicio. “Por eso me interesa la idea de la dirección y del cambio de dirección.

También la desubicación y la falta de rumbo”, cuenta de manera que parece partir de sus propias experiencias para tocar las de los demás.Junto a los zapatos, unas paredes pintadas con estrellas. Carolina Silva reconoce entrar en una dinámicaimpulsiva y compulsiva a la hora de dibujarlas. Basta fijarse un poco para ver que no son estrellas normales, sino que son rosas de los cuatro vientos. Tanto una como
la otra orientan, marcan el camino en medio de todo este caos, “entre todo este absurdo”. No es la primera vez que Silva fantasea con el viaje
de “Alicia en el país de las maravillas”. También antes lo
hizo con la imagen de la escalera, como elemento que te lleva hacia alguna parte, pero ¿dónde?

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