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Los 'espías' dan cuenta del caos en la seguridad en Madrid

Los presuntos jefes de la trama niegan haber hecho ‘dossiers’ y seguimientos

JUANMA ROMERO

Marcos Peña y Miguel Castaño comparten sede en la calle de Gobelas de Madrid, en la Dirección General de Seguridad e Interior de la Comunidad, pero apenas se conocen, aunque ambos trabajen en aspectos ligados con la seguridad. El primero es asesor de Protección Ciudadana, fichado por el consejero de Presidencia, Justicia e Interior, Francisco Granados. El segundo, subdirector general de Seguridad Operativa. Los dos comparecieron ayer en la Asamblea de Madrid, en la comisión de investigación del espionaje, y evidenciaron mantener, dentro de la misma Consejería “estructuras paralelas”, según denunciaron las portavoces Maru Menéndez (PSOE) e Inés Sabanés (IU).

La base fue una afirmación que trazó Castaño en su intervención: “Nunca he hablado con Marcos Peña. Entra y sale de la sede. No sé nada de él”.

La aseveración venía a demostrar, para la oposición, que Peña, inspector de Policía contratado por Granados en 2006, “actuaba por libre”. Peña ha sido señalado como jefe de un servicio de espías que elaboraba informes para el consejero sobre políticos o tramas de corrupción. El asesor admitió que despacha con el viceconsejero, Alejandro Halffter, y también con Granados. Castaño reporta a su director general, y este, a Halffter.

Peña precisó que trabajaba “sin estructura ni presupuesto”. Pero, a la vez, asumió que colaboraba con tres agentes de seguridad, prueba para PSOE e IU de que hay una célula que actúa para fines sospechosos.

Castaño aparece asimismo aludido en algunos partes de seguimiento a políticos como “Miguel”. “No soy yo, porque nadie me llama por mi nombre de pila”, se defendió.

Los dos comparecientes llevaron su exposición escrita y los dos negaron cualquier relación con dossiers de espionaje. “Todos los hechos que se me imputan son falsos”, arguyó Peña, que añadió que los presuntos partes son “anteriores” a su llegada a la Consejería, en junio de 2008, y que dirige labores “exclusivamente de asesoría”. “No he creado ningún CNI”, dijo. Sí reconoció haber hecho vigilancia avanzada, algo que PSOE e IU denunciaron porque la Comunidad “no tiene competencias”. Castaño añadió que los partes publicados “pueden realizarse con la agenda del alto cargo”.

Menéndez y Sabanés criticaron que ambos fueran “con guión preescrito”. Para Juan Soler (PP), la red de espías es sólo un “cuento chino”.

 

Ayer, la Mesa de la comisión de los espías debía fijar las 10 comparecencias de los días 11, 13 y 16 de marzo. El PP impuso sólo una intervención: la de Granados, el miércoles. No habrá más ese día. Y habrá que ver si se cita a alguien el viernes. Menéndez interpretó que eso era un “carpetazo”. Sabanés, la “voladura controlada” de la comisión. Soler (PP) pareció adelantar el fin de los trabajos: no depende del número de comparecientes, sino de que se llegue “a la verdad”. 'Y hasta ahora, la única verdad es que no se puede probar ningún espionaje”, remachó. 

 

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