Público
Público

Estados Unidos rechaza métodos de control de armas biológicas

Reuters

El presidente Barack Obama se apegará a la postura estadounidense de negarse a negociar el control de las armas biológicas, dijo el miércoles la máxima autoridad en armamento del país.

Sin embargo, la subsecretaria del Estado para el control de armas y la seguridad internacional, Ellen Tauscher, dijo que el Gobierno de Obama quiere fortalecer la Convención de Armas Biológicas debido a las crecientes amenazas generadas por el terrorismo y las enfermedades pandémicas.

Tauscher dijo que sería complejo controlar su cumplimiento porque un programa de armas biológicas puede ser encubierto con actividades legítimas y los rápidos avances científicos dificultan la detección de violaciones.

"Creemos que un protocolo no podría mantenerse a la par de la cambiante amenaza de las armas biológicas", dijo Tauscher en una reunión de estados que han firmado la convención de 1972.

El tratado, que se remonta a la época de la Guerra Fría y es el único gran pacto internacional de armas que no tiene un mecanismo de inspección para evitar el engaño, compromete a las partes a no desarrollar, almacenar o usar armas biológicas y a promover usos pacíficos de la biología y la tecnología.

El documento ha sido ratificado por unos 160 países.

El antecesor de Obama, George W. Bush, rechazó el borrador de un protocolo de inspección para la convención en el 2001.

Tauscher dijo que la Estrategia Nacional para Prevenir las Amenazas Biológicas del Gobierno de Obama, emitida el martes, reconoce que no existe una técnica detallada para lidiar con las brechas que aparecen en la prevención de la proliferación de armas biológicas y el abuso científico.

"El presidente Obama admite plenamente que un gran ataque con armas biológicas en una de las principales ciudades del mundo podría causar tantas muertes y daños económicos y psicológicos como un ataque nuclear", sostuvo la funcionaria.

Los avances de la ciencia, que han colocado a este tipo de armas al alcance tanto de grupos como de países, hacen que Estados Unidos esté más preocupado por la posibilidad del bioterrorismo que por la guerra biológica dirigida por un Estado.

La estrategia estadounidense busca mejorar el acceso a las ciencias humanas para combatir las enfermedades infecciosas, establecer normas contra el mal uso de las mismas y coordinar actividades para influir, identificar y detener a la gente que intenta hacer un uso indebido de estas ciencias.

¿Te ha resultado interesante esta noticia?

Más noticias