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Estudio asocia los PFC con problemas inmunológicos infantiles

Reuters

Por Frederik Joelving

Los niños expuestos asustancias químicas presentes en los envases de alimentos y enlos productos textiles tendrían el sistema inmunológicocomprometido, según una nueva investigación.

Un equipo descubrió que los niños con altos niveles ensangre de compuestos perfluorados (PFC, por sus siglas eninglés) eran menos propensos a responder a las vacunaspediátricas.

"Cuando la concentración de PFC aumenta en el organismo, elsistema inmunológico pierde capacidad de mantener alerta susistema de defensa contra los microorganismos", dijo el autorprincipal, doctor Philippe Grandjean, de la Facultad de SaludPública de Harvard, en Boston.

Aunque los resultados no prueban que los PFC dañan elsistema inmunológico, Grandjean sostuvo que "es muy posible" queasí sea.

Los PFC se utilizan en el mundo en la producción de empaquespara alimentos y el tratamiento de productos textiles. Como nose descomponen fácilmente, permanecen en el medio ambiente y enel organismo humano y animal.

Según la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos,distintos experimentos con animales de laboratorio demostraronsu toxicidad al provocarles trastornos reproductivos, deldesarrollo y otras enfermedades.

El nuevo estudio, publicado en Journal of the AmericanMedical Association, es el primero que revela una asociaciónentre los PFC y los problemas inmunológicos en los niños.

El equipo estudió a unos 600 niños de las Islas Feroe delAtlántico Norte desde el nacimiento hasta los 7 años. Losexpertos relacionaron los niveles de PFC en muestras de sangrematerna con la respuesta de sus hijos a las vacunas de rutinacontra la difteria y el tétanos.

Los autores observaron que concentraciones dos veces másaltas de un tipo común de PFC (ácido sulfónico deperfluorooctano o PFOS, por sus siglas en inglés) estabaasociado con un 39 por ciento menos de anticuerpos contra ladifteria en sus hijos a los 5 años. Lo mismo ocurrió al evaluarla respuesta a la vacuna contra el tétanos.

"A los 7 años, dos años después de la última inmunización,casi el 10 por ciento de los niños tenía una cantidad aún menorde anticuerpos. Por lo tanto, carecerían de protección en ellargo plazo", explicó Grandjean a Reuters Health.

El llamado Foodservice Packaging Institute, que representa ala industria del empaquetado de alimentos, no realizócomentarios sobre estos resultados.

Pero un toxicólogo independiente, el doctor Anthony Dayan,que asesoró a la industria, criticó el nuevo estudio a través deun comunicado del Science Media Centre, con sede en Londres.

Allí, Dayan consideró que el estudio no tuvo en cuenta elconsumo de ácidos grasos poliinsaturados (PUFA, por sus siglasen inglés), que se encuentran en los pescados grasos, como elatún, y que también pueden suprimir el sistema inmunológico.

"De modo que, mientras la dieta sea la fuente de los PFC ylos PUFA inmunosupresores, el estudio no prueba nada", aseguró.

Por su parte, Grandjean dijo que eso es poco probable porquesu equipo no halló efecto alguno del mercurio u otras sustanciasquímicas que también se encuentran en los pescados.

Es más, consideró que la Agencia de Protección Ambientaldebería tener en cuenta estos resultados en la regulación de losPFC que tiene bajo estudio.

El autor recomendó a los padres que eviten el consumo de laspalomitas de maíz que se cocinan en microondas y la limpieza demuebles, alfombras y prendas de vestir con productos contra lasmanchas para reducir la exposición de la familia a los PFC.

FUENTE: JAMA, 24 de enero del 2012

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