Este artículo se publicó hace 15 años.
Un estudio sugiere que la cafeína puede combatir el Alzheimer
Los amantes del café pueden tener una nueva excusa para tomarse una taza extra: una dosis de cafeína equivalente a cinco tazas diarias de café logró que ratones con síntomas de Alzheimer recuperaran la memoria, en un experimento llevado a cabo en Florida (EEUU).
La cafeína redujo de forma significativa los niveles anormales de proteína Beta-amiloide -uno de los principales responsables del Alzheimer- en el cerebro y la sangre de los ratones, según científicos de la Universidad de South Florida que publican los resultados de su estudio en la versión digital del Journal of Alzheimer's Disease.
"Este es uno de los experimentos más prometedores sobre Alzheimer en ratones hasta la fecha", señaló Huntington Potter, director del Centro de Investigación del mal de Alzheimer de Florida (ADRC).
Según el autor principal del estudio, el neurocientífico Gary Arendash, del ADRC, "el hallazgo es una evidencia de que la cafeína puede ser un tratamiento viable para la enfermedad de Alzheimer y no simplemente una estrategia protectora".
Ahora, los científicos del ADRC y del Centro Byrd de la Universidad de Florida esperan poder llevar a cabo ensayos clínicos para evaluar si la cafeína puede beneficiar a personas con trastornos cognitivos leves o en una fase temprana de Alzheimer.
El equipo ya ha podido comprobar que una única dosis de cafeína reduce en las personas los niveles de Beta-amiloide en la sangre, pero sería necesario un estudio más a largo plazo -seis meses como mínimo- para evaluar si mejora la memoria en pacientes con Alzheimer, explicó Arendash a Efe.
El Beta-amiloide es el principal componente de las placas seniles en el tejido cerebral y se cree que es el gran responsable de la enfermedad de Alzheimer, que afecta en alguna medida a casi la mitad de las personas de más de 85 años.
Arendash y sus colegas se interesaron por el potencial de la cafeína hace varios años, cuando un estudio portugués reveló que personas afectadas de Alzheimer habían consumido menos cafeína en los últimos 20 años que otras que no sufrían el mal neurodegenerativo.
Desde entonces, varios estudios clínicos han indicado que un consumo moderado de cafeína puede proteger al cerebro de la pérdida de memoria durante un proceso normal de envejecimiento.
Pero el experimento controlado sobre ratones con Alzheimer ha permitido a los investigadores comprobar los efectos de la cafeína sobre la memoria al margen de otros factores como la dieta y el ejercicio, señaló Arendash.
En el estudio fueron utilizados 55 ratones alterados genéticamente para desarrollar en la vejez problemas de memoria como los causados por el Alzheimer, a la mitad de los cuales les fue suministrado durante dos meses 1,5 miligramos de cafeína diarios -el equivalente a 500 miligramos para un ser humano-.
Los cerebros de los ratones que tomaron cafeína experimentaron una reducción de cerca del 50% en los niveles de Beta-amiloide, la sustancia que forma las placas pegajosas características de la enfermedad de Alzheimer.
Según Arendash, se cree que hay mayores esperanzas de combatir el Alzheimer si se trata en una fase temprana, por lo que la cafeína debería administrarse como muy tarde en la mediana edad, entre los 40 y 50 años de edad.
"Sin embargo, con una sustancia terapéutica como la cafeína, que afecta directamente al proceso de la enfermedad de Alzheimer, siempre existen esperanzas de mejoras en cualquier estadio del mal", señaló.
El científico dijo a Efe que no dudaría en recomendar a las personas que no sufren hipertensión y que no están embarazadas una dosis diaria de 500 miligramos de cafeína, preferiblemente en forma de café o pastillas.
Esa dosis equivale a cinco tazas de café americano, dos de café concentrado, 14 tazas de té o 20 refrescos con cafeína.
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