Este artículo se publicó hace 13 años.
La eurozona prepara un refuerzo de su millonario fondo de rescate
Alemania se opone a dotar con más dinero este mecanismo, que serviría también para recapitalizar los bancos, y tampoco lo apoya aún el BCE
La zona del euro prepara un refuerzo del fondo de rescate que multiplicaría los recursos disponibles para estabilizar la moneda única. El comisario de Economía, Olli Rehn, negó ayer la posibilidad de un impago de Grecia o que salga de la eurozona. En lugar de las soluciones más drásticas, muy comentadas por analistas e inversores, Rehn apuntó a una nueva modificación del fondo de rescate, cuya última reforma ya ha quedado obsoleta pese a no haber entrado siquiera en vigor. "Estamos pensando en la posibilidad de dotar al Fondo Europeo de Estabilidad Financiera de un mayor apalancamiento para darle una mayor fuerza", dijo el comisario al rotativo alemán Die Welt.
Rehn no avanzó cómo se reforzará el fondo, pero distintas fuentes apuntan a que su capacidad real podría cuadruplicarse, desde los 440.000 millones de euros actuales hasta dos billones, para neutralizar tanto las dudas sobre Grecia, Portugal e Irlanda como sobre otros países no rescatados, especialmente España e Italia.
Sin embargo, las discusiones formales todavía no han comenzado y los funcionarios comunitarios recuerdan que la máxima prioridad sigue siendo la ratificación de los acuerdos de finales de julio, en los que los líderes del euro pactaron un segundo rescate para Grecia y el refuerzo del fondo. Las nuevas reglas afrontan esta semana su examen definitivo, ya que serán sometidas a votación en los parlamentos más escépticos, como el alemán o el austriaco. Con ellas en vigor, el fondo podrá utilizar parte de sus 440.000 millones para recapitalizar entidades bancarias, comprarles deuda u ofrecer líneas de crédito preventivas a países para evitar la puesta en marcha de nuevos rescates.
Con los nuevos poderes todavía sin ratificar en la mayoría de países del euro, ni Bruselas ni los estados miembros se atrevieron ayer a garantizar un nuevo refuerzo. Entre otros motivos, porque a la propuesta le faltan apoyos clave, como el de Alemania o el BCE. El ministro de Finanzas alemán, Wolfgang Schäuble, aseguró ayer que "nadie está pensando en algo así, eso es claro".
Una de las ideas que más fuerza ha tomado en los últimos días es la de dotar al fondo de una licencia bancaria para que pueda pedir prestado al BCE, como hacen las entidades privadas. Así, los 17 países del euro responderían por las garantías que ya tienen comprometidas en el fondo, mientras que Fráncfort multiplicaría después su capacidad con préstamos que serían suficientes para enfrentarse a cualquier ola especulativa.
La determinación del BCE para seguir apoyando la moneda única fue ayer puesta en duda por el detalle de sus intervenciones en el mercado de deuda durante la semana pasada. La institución invirtió 3.952 millones en deuda soberana, un 59,6% menos que la semana anterior. Las dudas sobre el rumbo que pretende imprimir Mario Draghi, sucesor de Jean-Claude Trichet a partir de noviembre, así como la dimisión de uno de sus ejecutivos más opuestos a la compra de deuda, Jurgen Stark, añaden incertidumbre a los próximos pasos de la institución. Según algunas fuentes, el BCE podría incluso decidir una bajada de tipos de interés tras las dos últimas alzas. La medida, que se debatirá este jueves, trataría de compensar el estancamiento del crecimiento y las críticas de los países más acosados por la especulación por el extremado celo de Fráncfort en controlar la inflación.
Los ministros de Economía de la zona del euro abordarán el refuerzo del fondo de rescate la próxima semana en su reunión mensual de cara a la cumbre de jefes de Gobierno de la UE, que se celebrará a mediados de mes en Bruselas.
Sin embargo, antes de dar grandes saltos adelante, la zona del euro tiene que desbloquear el envío de fondos a Grecia como parte del rescate pactado en mayo del año pasado. Atenas necesita con urgencia los 8.000 millones que las instituciones internacionales mantienen retenidos hasta comprobar que el plan de austeridad cumple los plazos acordados. Merkel se reunirá hoy con el primer ministro griego, Yorgos Papandreu, para tratar de evitar una bancarrota, que se producirá a mediados de octubre si no llega la ayuda internacional.
Los empleados públicos griegos verán sus salarios reducidos hasta un 20% a partir del 1 de octubre, según anunció el ministro de Finanzas, Evángelos Venizelos. La rebaja se suma a las medidas que ha anunciado el Gobierno griego los últimos días. Además, Venizelos afirmó que la nueva tasa sobre la posesión inmobiliaria se prorrogará hasta finales del 2014, en vez de 2012.
Por otro lado, Atenas volverá hoy a vivir un día complicado debido a los paros. Los empleados de metro, autobuses y trolebuses han convocado una huelga de 48 horas, a la que se sumarán mañana los taxistas, los trenes de cercanías y los ferrocarriles.
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