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El Everest se hace reloj gracias a dos sherpas y un relojero de Pittsburgh

EFE

Los sherpas Lakpa Thundu y Ang Namgel han coronado el techo del mundo 16 veces entre ambos, pero ahora han cambiado el montañismo por la relojería para montar y vender un exclusivo modelo que lleva en su esfera roca de la cima del Everest.

El Himalaya Everest Expedition puede calificarse auténticamente como un modelo "de altura", ya que es el primer reloj de pulsera con una lámina de piedra de las inmediaciones de la cumbre más alta del planeta, lo cual explica su precio: 16.000 dólares.

Lakpa Thundu y Ang Namgel recibieron formación durante un año en EEUU para aprender los secretos del oficio y ser capaces de montar los relojes que ahora venden en su tienda de Katmandú, un negocio gracias al que esperan no volverse a jugar la vida en el Himalaya.

La iniciativa partió de un relojero estadounidense aficionado a la alta montaña, Michael Kobold, fundador de la firma Kobold Watch, que fabrica modelos de gama alta famosos por su robustez y precisión.

Según este empresario de Pitssburgh, sus relojes son de tal fiabilidad que son usados por los ahora célebres cuerpos especiales de la marina estadounidense, los Navy Seals, que acabaron con Osama Bin Laden en una operación secreta en Pakistán en mayo pasado.

Kobold conoció a los nepalíes Thundu y Namgel en una ascensión el Everest en 2009, durante la cual tuvo la idea de crear un reloj de pulsera que llevara en su interior un trozo del terreno más elevado del mundo.

De camino a la cima, unos 30 metros antes de coronar los 8.848 metros de la cumbre, Kobold vio unas rocas que le parecieron aptas para su plan y a la vuelta las recogieron.

"Eran piezas rotas por los crampones de otros montañeros" explica Kobold por correo electrónico, y relata que los miembros de la expedición cargaron con más de una decena de rocas; "la mayor de ellas pesaba cerca de medio kilo", dice.

El relojero decidió montar su nuevo y exclusivo modelo -solo se han ensamblado 25 unidades- con la ayuda de sus experimentados sherpas, que para él fueron algo más que ayudantes en la escalada.

"Salvaron mi vida al menos un par de veces -explica-, la primera cuando un surcoreano casi me envía montaña abajo y la segunda cuando mi bombona de oxígeno se estropeó cerca de la cima y Namgel me dio la suya".

Kobold propuso a sus colegas nepalíes aprender los rudimentos de la relojería y montar en Nepal las piezas del nuevo reloj Kobold Himalaya, que presentaba ciertas complejidades técnicas añadidas a las de cualquier modelo de precisión.

Hizo falta año y medio para que una firma alemana fuera capaz de cortar las rocas del Everest con la finura necesaria sin que se rompieran; el reloj lleva una lámina de roca de medio milímetro montada en otra de cobre del mismo grosor.

El resto de componentes del cronómetro se producen en la fábrica de Pittsburgh y se envían a Katmandú, donde Thandu y Namgel no solo montan la serie limitada, sino también un modelo idéntico pero sin recuerdo del Everest al módico precio de 3.500 dólares.

Los sherpas han abierto su establecimiento en un área comercial frecuentada por extranjeros y por nepalíes adinerados, donde esperan hallar mercado para sus Kobold, la única marca que venden en su local.

"Por aquí pasan muchos turistas y también montañeros de camino al Himalaya" afirma confiado Namgel.

Kobold reconoce que la mayoría de las 25 unidades de la pieza estrella ya se han vendido, y explica que los compradores se llevan de obsequio un trozo enmarcado de la singular piedra "para que la puedan exhibir en sus casas y hablar luego de su reloj".

"Son una edición limitada y no se van a fabricar más", recalca el relojero de Pittsburgh.

Thundu y Namgel (de 38 y 27 años, respectivamente) afrontan esta nueva etapa profesional con algunas incertidumbres, pero también con el alivio de alejarse de un oficio muy peligroso.

"Nuestras familias están muy contentas de que hayamos dejado la montaña porque está llena de riesgos", reconoce Namgel, que añade con cautela: "Ahora solo esperemos que el negocio funcione".

"En nuestra aldea (al pie del Himalaya) trabajan en la montaña unos 70 jóvenes, prácticamente todos los del lugar", dice Namgel; se calcula que en todo Nepal trabajan cerca de 7.000 sherpas.

Por acompañar a montañeros de todo el mundo en sus expediciones al Himalaya, estos dos nepalíes ganaban cerca de 10.000 dólares anuales, una pérdida que los relojeros noveles esperan compensar con su recién inaugurada empresa.

Manesh Shrestha

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