Este artículo se publicó hace 15 años.
Ex arqueólogos de Iruña-Veleia denuncian irregularidades en la excavación
Tres ex arqueólogos contratados por la empresa que dirigía Eliseo Gil en la excavación del yacimiento romano de Iruña-Veleia han denunciado hoy "anomalías e irregularidades graves" en el método empleado y han negado haber visto ningún grafito excepcional en el momento de su extracción.
Miguel Ángel Berjón, Jose Ángel Apellániz y Carlos Crespo, que trabajaron en el yacimiento entre el 2002 y el 2008, han comparecido hoy en una rueda de prensa, acompañados por la diputada foral de Cultura de Álava, Lorena López de Lacalle.
Los tres arqueólogos han hecho pública una declaración conjunta en la que denuncian el método de trabajo empleado por la empresa Lurmen, dirigida por Eliseo Gil, en las excavaciones de Iruña-Veleia, en relación a la aparición de los grafitos de temática cristiana y de las palabras en euskera, considerados falsos por una comisión de expertos.
Han asegurado que tomaron la decisión de abandonar su trabajo el mismo día que Lurmen hizo pública la aparición de los grafitos excepcionales, "sin el conveniente respaldo y contraste científico".
Han argumentado que el método de excavación adoptado por la dirección en el lugar donde se encontraron los citados materiales "presentó anomalías e irregularidades graves de praxis arqueológica", que provocaron que las conclusiones de la dirección eran "en muchos casos apriorísticas".
Entre éstas irregularidades han señalado que participaron jóvenes pertenecientes a campos de trabajo y no personal cualificado para ello, así como que ninguno de los grafitos excepcionales fue detectado por ellos en el momento de su extracción, sino en el del lavado, en el que trabajaba personal de Lurmen.
En este sentido, han evitado hablar de manipulación, aunque, según ha señalado Berjón, "a uno se le puede escapar uno, dos, cinco o diez grafitos, pero hay trescientos materiales con grafitos en uno de los sectores y trescientos no se te escapan, porque tendrías que ser el arqueólogo más burro del mundo".
Asimismo, los tres profesionales han defendido que el hipotético hallazgo debería haberse protegido con medidas que garantizasen la fiabilidad del método utilizado, como la ralentización del ritmo de trabajo, un protocolo de lavado inmediato, un registro fotográfico y videográfico, o la dotación de personal con experiencia y titulación acreditada.
Han asegurado que, a pesar de haber trasladado estas propuestas a la dirección del proyecto, ésta "no las tuvo en consideración".
Además, han insistido en que el hecho de que estos materiales no fueran documentados ni registrados convenientemente en el proceso de excavación "complicaba mucho su fiabilidad y credibilidad científica", por lo que han dicho que tenían claro que "jamás podrían tener el refrendo de la comunidad científica y académica".
Por ello, en cuanto a las conclusiones de la comisión de expertos que cree falsos los grafitos, han dicho que la cualificación de sus miembros "es garantía para entender que sus dictámenes son resolutivos y definitivos".
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