Este artículo se publicó hace 14 años.
El ex ministro Pretelt debe responder por un cohecho
El fiscal le llama a declarar por comprar el voto que mantuvo a Uribe en el poder
Otro escándalo relacionado con la era Uribe que sigue coleando tras su salida del poder tiene en el punto de mira al ex ministro de Interior y Justicia Sabas Pretelt, hasta hace poco embajador en Roma. Tiene que ver con la votación celebrada en junio de 2004 en el Parlamento para cambiar la Constitución y permitir un segundo mandato de Uribe. La modificación de la Carta Magna fue aprobada in extremis por 18 votos a favor y 16 en contra, a través de la compra de votos, con prebendas y promesas, consideradas hoy por la Justicia como un cohecho probado.
A la diputada Yidis Medina le ofrecieron puestos en el Ministerio de Salud para sus allegados si votaba a favor de la reelección. A su colega Teodolindo Avendaño se le otorgó una notaría para que estuviera ausente de la sesión. Los dos duermen ya en la cárcel.
"El ausentismo de Teodolindo Avendaño obedeció al ofrecimiento que le hizo Sabas Pretelt", dice el fallo disciplinario del procurador general (responsable del control de la Administración Pública), que decretó la destitución y 12 años de inhabilitación para ejercer cargos públicos del Pretelt.
Pese a la grave sanción de la Procuraduría, el ex ministro se resistía a dejar la embajada de Roma, esperando sin éxito alguna maniobra del poder por los "servicios prestados" que dilatara el proceso hasta que prescribiera.
Pero una nueva citación, esta vez del fiscal, para responder por los mismos hecho, le ha obligado a atender su proceso penal por cohecho.
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