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La fallida búsqueda del torillo avala la extinción de este ave en España

EFE

La búsqueda sin éxito de algún ejemplar de torillo andaluz en el Espacio Natural de Doñana durante 2008 avalaría la teoría de que esta pequeña y huidiza ave insectívora, similar a la codorniz y de la que no se tiene constancia desde hace casi dos décadas, se ha extinguido finalmente en España.

La extinción de este pájaro, cuyos últimos ejemplares habrían vivido en Doñana y en zonas de la provincia de Cádiz, supondría la primera desaparición de una especie de ave en Europa desde 1840, cuando se perdió el alca gigante.

El investigador del CSIC Juan José Negro, experto en el torillo andaluz (Turnyx sylvatica sylvatica), ha destacado a EFE que la inexistencia de algún avistamiento fiable de este ave en los últimos años en España se ha paliado con una reciente la localización de un ejemplar muerto en Marruecos, lo que abre la posibilidad de la reintroducción de esta especie en España.

La búsqueda del torillo andaluz en Doñana movilizó el año pasado a científicos y voluntarios, acompañados de perros, que examinaron de forma exhaustiva unas 4.000 hectáreas.

Los observadores recorrieron unos 314 kilómetros y los perros especializados unos 1.400 kilómetros, sin localizar ningún ejemplar de este ave, según recoge la memoria del Espacio Natural de Doñana.

El último ejemplar de torillo andaluz del que se tiene constancia cierta en España fue el abatido en Doñana el 3 de diciembre de 1981, que se conserva disecado en la colección de la Estación Biológica de Doñana (EBD) de Sevilla.

El torillo andaluz, que debe su nombre al mugido que emite la hembra por la noche para marcar y defender su territorio, un sonido similar al de un toro, es un ave "singularísima", que carece del cuarto dedo posterior de su pata, desarrolla su actividad por la noche y tiene invertido el rol tradicional de las aves, ya que es la hembra -de mayor tamaño y peso que el macho- la que se aparea con varios ejemplares y éste, el que cuida de la puesta y de sacar adelante los polluelos, según Negro.

"El torillo no puede verse volando, recortado en el cielo, o sobre una lámina de agua; es noctámbulo y por eso es muy difícil verlo, diría que es un ratón de campo con alas", sentencia.

La extinción de esta especie no sólo supondría la primera pérdida de un ave en Europa desde hace más de un siglo, sino la desaparición de todo un orden ornitológico, el de los turniciformes, del que es su último representante.

Junto al torillo andaluz, existen en el planeta otras ocho subespecies de este ave, repartidas en el África subsahariana, el sudeste asiático y Australia, la mayoría, en peligro de extinción.

Según Negro, las diferencias entre estas subespecies "no son genéticas, sino morfológicas", derivadas de "las necesidades de adaptación al medio".

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