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Las familias de los militares desaparecidos creen que Defensa les está ocultando información

Se dan por terminadas las labores de búsqueda aérea y de buzos por este sábado sin que se encontrara nada. El robot submarino desde el buque Zeus ha comenzado con los barridos del fondo marino de la zona y trabajará durante toda la noche.

Un helicóptero del SAR en una imagen de archivo. (Ejército del Aire)

FERNANDO DE OYARBIDE

“Mañana domingo se espera ampliar la búsqueda con más medios que llegarán a la zona cero”. Esta es la información que está circulando entre los compañeros militares y los familiares que aguardan con desesperación alguna noticia sobre los tres desaparecidos.

Tras la larga espera, las familias de los tres militares comienzan a derrumbarse ante la gran tensión que están sufriendo por la ausencia de noticias. Por lo poco que se sabe, ya que hay un gran silencio informativo por parte del Ministerio de Defensa, las malas condiciones del estado de la mar han hecho que los buzos encontraran muchas dificultades para acceder al helicóptero, sumergido a unos 45 metros de profundidad y donde se suponía que podrían estar los cuerpos atrapados sin vida de los tres militares.

A última hora de este sábado los buzos no habían encontrado a ninguno de los tripulantes, y ahora se pretende poner en marcha a unos submarinos robot para que rastreen la zona en busca de los cuerpos.

Por su parte, las familias de los tres militares desaparecidos comienzan a derrumbarse ante la presión de la ausencia de noticias y apuntan a otras hipótesis, entre las que destaca que se les está ocultando información por parte del Ministerio de Defensa y la posibilidad remota de que pudieran encontrarse con vida pero secuestrados por piratas de la zona.

Los tres desaparecidos son el capitán José Morales Rodríguez de Barcelona, casado y con un hijo; el teniente Saul López Quesada, de Madrid y el sargento Jhonander Ojeda Alemán, de Gran Canarias y del que se da la circunstancia de que en el último año ya sufrió dos incidentes con helicópteros de idénticas características, que le pudieron costar la vida.

El más reciente hace tan sólo un mes, en el que el propio Jhonander comprobó que el motor estaba completamente quemado tras un aterrizaje de emergencia y en el accidente del pasado 14 de marzo del 2014, en el que perdieron la vida los cuatro compañeros que viajaban en el Super Puma con él, para realizar unas maniobras de grua nocturnas y que se estrelló en aguas canarias por causas aún no esclarecidas a pesar de su informe oficial.

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