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La FAO subraya que es más barato erradicar el hambre que convivir con ella

EFE

El director regional de la FAO (agencia de la ONU para la Alimentación y la Agricultura) para América Latina y el Caribe, el brasileño José Graziano Da Silva, afirmó hoy en Madrid que "es más barato erradicar el hambre que convivir con el hambre".

En una entrevista con Efe con motivo de su participación en el Encuentro de la Cooperación Española 2007, Da Silva denunció que sigue habiendo 52 millones de personas en América Latina (el 10% de la población) que pasan hambre y que 9 millones son niños.

Sus problemas de desnutrición, según el responsable de la FAO, no tienen que ver con la falta de recursos, porque "América Latina genera un tercio más de lo que necesita para alimentar a todos adecuadamente y, además, afrontar la exportación".

"Sobran alimentos. Países como Brasil y Argentina producen el doble de lo que es necesario, pero aún hay hambre, mucha hambre", dijo Da Silva, quien añadió que "el problema del hambre en América Latina no es de falta de producto, sino de poder adquisitivo".

El experto de la FAO alertó de que "sin solucionar estos problemas no hay posibilidad de cohesión social, ni de democracias asentadas" y ofreció cifras sobre las ventajas macroeconómicas que representaría luchar de manera eficaz contra el hambre.

Puso el ejemplo de Centroamérica, donde el hambre representa un coste de entre el 6 y el 10 por ciento del PIB por pérdidas en salud, educación y capacidad productiva, y donde erradicar el hambre "costaría sólo entre el 2 y el 5 por ciento del PIB".

Si los Gobiernos "no son capaces de enfrentarse a la necesidad más básica de todas que es garantizar el derecho a la alimentación", advirtió Da Silva, "los países corren el riesgo de que la gente ya no crea más en las instituciones democráticas".

Eso pasa, entre otras cosas, por dotarse de sistemas fiscales eficientes, de manera que se llegue a una recaudación en torno al 25 por ciento de la riqueza (en Centroamérica no supera el 12 por ciento) que permita enfrentarse a los problemas sociales, afirmó

Da Silva señaló que la ayuda internacional y la cooperación son importantes pero "suplementarias", y que son los Gobiernos nacionales los que "se deben responsabilizar a garantizar derechos básicos de alimentación, salud y educación a sus ciudadanos".

El responsable de la FAO manifestó que la mayoría de los países latinoamericanos "han vivido de la ayuda hasta hace poco", pero que al mejorar sus niveles de ingresos, con un crecimiento económico sostenido en la región de un 5 por ciento anual, "han pasado de ser receptores a ser donantes, sin tener un estructura adecuada".

Latinoamérica tiene siete países donantes -México, Cuba, Venezuela, Colombia, Argentina, Brasil y Chile- y sólo Chile, que tiene una agencia de Cooperación Internacional, se ha dotado de "una estructura modernizada" para distribuir su ayuda, según Da Silva.

"No hay tradición de cooperación en el sentido moderno del término", añadió el responsable de la FAO, quien abogó por crear estructuras más profesionales que permitan impulsar "lo que llamamos el diálogo sur-sur" entre los propios países de la región.

En su opinión, Latinoamérica debe aprovechar la "gran oportunidad" que le ofrecen sus recursos naturales y sus altos precios en los mercados internacionales para "afrontar los gastos sociales necesarios para luchar contra el hambre".

No obstante, advirtió de los riesgos especulativos que implica la fuerte demanda de materias primas por parte fundamentalmente de China e India, que ha disparado el precio de productos como el maíz, y el efecto que puede tener en la población con menos recursos.

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