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Ferrán Adrià, el hombre del renacimiento de la gastronomía

Reuters

A Ferrán Adrià no le gusta que le digan que es el mejor chef del mundo, un título con el que se la ha reconocido en muchas ocasiones.

El hombre que fue pionero de la gastronomía molecular y modernizó la cocina de vanguardia en su restaurante El Bulli insiste en que es un tipo normal al que le encanta cocinar, y que ahora tiene puesta su mirada en otra revolución culinaria.

En 2010, El Bulli situado en la localidad gerundense de Rosas y votado como el mejor restaurante del mundo cuatro años consecutivos por la prestigiosa revista Restaurant, anunció que cerraría durante dos años para convertirse en lo que Adrià llamó "la mayor zona de pruebas del mundo para la creatividad".

Recibirá a entre 20 y 25 aspirantes a chefs y a otros interesados en la ciencia y las artes que intentarán presentar la próxima gran innovación de la gastronomía, dijo.

"Los seres humanos necesitan evolucionar", dijo a Reuters la estrella de la cocina de 47 años, durante su primera visita a Singapur, que aspira a convertirse en un centro mundial para el gourmet.

"Hemos estado empujando los límites, y lo que hemos hecho ha sido controvertido, pero si comer consiste tanto en la comida como en la experiencia, entonces nuestra misión es crear una experiencia", dijo a través de un intérprete.

Adrià, que tiene tres estrellas Michelín y recibió este año el primer premio "Chef de la década" de la revista Restaurant, es muy conocido desde los 90 por usar herramientas como el nitrógeno líquido, centrifugadoras y escalas de precisión para crear platos con un sabor tan atípico como su aspecto.

ESPUMAS, MERMELADAS, TEXTURAS INESPERADAS

Las espumas, mermeladas, las texturas inesperadas y nuevos ingredientes abundan en El Bulli, donde Adrià ha sido el único chef desde 1987, al timón de un equipo de unas 70 personas que creen que la comida es tanto un arte como una disciplina científica.

El restaurante, que ya cierra la mitad del año para que el equipo pueda trabajar en sus creaciones, tiene todas las reservas completas para 2010.

Sus detractores han calificado a El Bulli como pretencioso y elitista, pero esas descripciones no encajan con el chef, que dice que está decidido a compartir sus conocimientos con el mundo.

"Una de mis misiones es establecer lo que ocurrirá en el futuro", dijo a periodistas en Singapur. "Vamos a hacer un poco de ciencia ficción desde aquí a 2014".

"El Bulli necesitaba ser puesto del revés, ser puesto en duda. ¿Qué significa lo mejor?, ¿Quién decide qué es lo mejor?. Influyente, puedo entender, pero al final del día soy un cocinero que, como mi equipo, es el más feliz cuando estoy creando".

Adrià dijo que su institución sería prácticamente autofinanciada.

"No tengo hijos, así que esto es como cuidar de mis propios hijos. Mi mujer está de acuerdo", bromeó.

"Quiero a gente que tenga absoluta libertad, eso es más importante que el dinero", dijo. "He ganado esto durante los últimos 25 años, y es lo que quiero compartir".

¿Pero significa esto el final de El Bulli, que fue desbancado del primer puesto de la lista de la revista británica Restaurant este año por el restaurante danés Noma?.

Adrià dijo que en 2014 el Bulli no reabrirá como un restaurante convencional, pero seguirá siendo un centro de creatividad culinaria que el público pueda visitar, aunque no dio más detalles.

"No pretendo retirarme, nada más lejos", dijo. "Pero lo único de lo que estoy seguro es de que no volveremos a lo que estábamos haciendo. Seguiremos, sin embargo, con ese espíritu creativo. Estamos comprometidos con ello".

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