Este artículo se publicó hace 15 años.
Un filme recuperado muestra al Onetti más íntimo, con las claves de su escritura
La Cinemateca de Montevideo rindió un homenaje a Juan Carlos Onetti en el marco del centenario de su nacimiento, con la exhibición de un raro documental realizado en 1973, en el que el escritor uruguayo da numerosas claves de su vida y su obra, clave para la literatura en castellano del siglo XX.
En el evento, y como preámbulo a la proyección del filme en la noche montevideana, los escritores Carlos María Domínguez y María Esther Gilio presentaron su magna biografía de Onetti, de 1993, que ahora se reedita en sendos volúmenes, uno dedicado a la vida del autor y el segundo con una recopilación de entrevistas.
El acto acogió a más de 300 personas y tuvo como invitada especial a la ministra de Educación y Cultura, María Simón.
El próximo 1 de julio se conmemora el centenario del nacimiento del escritor (de su muerte el pasado 30 de mayo se cumplieron también 15 años) y el mundo cultural uruguayo pretende celebrarlo por todo lo alto en el llamado "Año Onetti", que se inauguró oficialmente la semana pasada.
El escritor de "El pozo", punto de inflexión en la literatura latinoamericana en 1939, fue "un hombre que encontró el tono bajo de una intimidad que el idioma español no tenía", afirmó Domínguez, autor de "Construcción de la noche. La vida de Onetti", publicado por Cal y Canto.
Según el crítico y escritor argentino, afincado en Montevideo desde hace veinte años, Onetti es un escritor que "pide al lector tiempo, como un buen vino, para que sedimente" esa literatura calificada por algunos de excesivamente compleja, marcada por la influencia de Faulkner, Celine y Borges.
María Esther Gilio desechó la imagen austera y melancólica del autor de "El astillero", y destacó su necesidad continua de ser "seducido", por la vida y por sus interlocutores.
"En él todo era una locura total" y pasaba en un instante "de decir disparates a hablar en serio", subrayó la autora de "Estás acá para creerme. Mis entrevistas con Onetti" (de la misma editorial), que reúne los diálogos de esta periodista y abogada con el escritor durante tres décadas.
La clave de Onetti, dijo por su parte Domínguez, es "su autenticidad para escribir sobre lo que sabía o conocía", directamente "de lo que tenía experiencia", pudiendo ser "muy sincero, pero muy cruel también".
Esa ambigüedad aparecía reflejada en la película proyectada hoy, una larga entrevista de 70 minutos realizada en 1973 en la capital uruguaya, pocos meses antes del encarcelamiento preventivo del escritor por la recién instaurada dictadura y de su posterior exilio, en 1974, a España, donde residiría hasta su muerte el 30 de mayo de 1994, a los 84 años.
El documental, en 16 milímetros, fue realizado por Julio Jaimes y Jorge Ruffinelli, y en el mismo el autor de "La vida breve" se muestra con todos los rasgos de su leyenda.
Sentado en un camastro, de su habitación montevideana en aquel entonces, Onetti medita sobre su vida y obra con la aparente aquiescencia de William Faulkner, su maestro, que parece observarle desde un borroso retrato clavado sobre la cabecera del lecho.
Mientras habla, Onetti, embutido en un austero traje y amparado por sus gruesas gafas de pasta, fuma y fuma, acompasando el tabaco con los sorbos de un inacabable vaso de whisky.
Onetti describe con anécdotas su infancia, su relación con las mujeres y sus amoríos, pero sobre todo alude a la gestación de su obra, a la creación de ese territorio mítico que es Santa María, un espacio imaginario presente en gran parte de sus novelas, que no es Montevideo ni Buenos Aires (donde también residió largo tiempo), pero que comparte a la vez características de estas dos ciudades.
En varios momentos de la entrevista, bien aturdido por la mezcla de tabaco y alcohol, o inspirado por sus pensamientos, se tiende directamente en la cama y desde allí explica lo que él comprende por literatura.
"Es un vicio", resume, para señalar a continuación que nunca con ella pretendió "modificar el mundo".
"Me parece que la vida es demasiado corta como para que un escritor la dedique a eso, a interpretar su tiempo. Hay que interpretar su experiencia de su tiempo, su visión personal de lo que ocurre", añade.
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