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Las firmas de lujo están entre las más tóxicas de la industria textil

Armani, Dolce&Gabana, Hermès, Versace, Louis Vuitton, Dior o Loewe evitan tomar medidas contra la contaminación que deja su actividad, frente al compromiso de la mayoría de cadenas para el gran público, según un estudio de Greenpeace.

Una fábrica textil en Sanjiao, China. GREENPEACE

L. VILLA

Hace cuatro años, las principales marcas de la industria de la moda se comprometieron a ir eliminando progresivamente el uso de productos químicos tóxicos en sus prendas. En una campaña lanzada por Greenpeace, 18 grandes firmas se unieron al reto Detox, que además de alcanzar un ‘vertido cero’ de sustancias peligrosas para 2020, persigue que los proveedores hagan públicas las emisiones tóxicas desde sus instalaciones.

Una evaluación realizada por la ONG a mitad de camino permite ahora ver que, aunque la mayoría han empezado a cumplir con el compromiso, otras han aprovechado la campaña para un mero lavado de imagen. Además, el estudio denuncia un alto número de firmas que todavía no han hecho nada para remediar su rastro tóxico y que se niegan a asumir su responsabilidad en la contaminación que deja su actividad.

Este es el caso, muy significativamente, de las grandes firmas de lujo y alta costura. Armani, Dolce & Gabana, Hermès, Versace o LVMH (que integra a Dior, Donna Karan, Emilio Pucci, Givenchy, Marc Jacobs, Loewe o Louis Vuitton, entre otras) lideran la lista de marcas que, aunque han sido señaladas por la organización ecologista por sus vertidos tóxicos alrededor del mundo, han obviado tomar algún tipo de medida.


Por el contrario, son las grandes cadenas de moda, salvo excepciones, las que se han decidido a fabricar prendas libres de sustancias peligrosas. Esta lista la integran firmas más habituales para el gran público como Adidas, Benetton, H&M, Inditex, Mango, C&A o Primark, por ejemplo. No obstante, también hay marcas, como Nike o Lining, que a pesar de haberse adscrito al compromiso de Greenpeace, no han tomado todavía medidas concretas.

“Las empresas de moda que se han comprometido a eliminar las sustancias tóxicas de sus procesos productivos en los últimos cuatro años de campaña representan aproximadamente el 10% del mercado mundial de la ropa y el calzado, por lo que consideramos que estamos en un momento en el que podemos hablar de un nuevo paradigma en el sector”, señala Yixiu Wu, responsable de Tóxicos de Greenpeace Asia Oriental. “Ya podemos afirmar que para hacer moda atractiva para todo el mundo no es necesario contaminar”.

El uso de sustancias químicas tóxicas en la industria textil es responsable de una buena parte de la contaminación de las aguas en los países donde la mayoría de estos gigantes de la moda ubican sus fábricas, con frecuencia lugares en vías de desarrollo, con una mano de obra barata y legislaciones laborales y medioambientales mucho más laxas. En China, por ejemplo, Greenpeace estima que la industria textil es responsable del 10% de las emisiones de aguas residuales industriales del país. Allí, la mitad del agua disponible no es potable y el 64% de las reservas de las aguas subterráneas en las principales ciudades está contaminada.

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