Este artículo se publicó hace 16 años.
Una flautista de 11 años compone para cambiar el mundo cuando "otros gritan"
Una joven flautista y compositora palestina de 11 años, Nai Barghouti, recurre a la música para intentar cambiar el mundo, luchar y comunicarse en aquella zona "mientras otros gritan" y se inspira en hechos reales para crear sus piezas, una de las cuales dedica a los niños cisjordanos de Jenin.
Así lo ha explicado a EFE tras haber visitado una clase del Conservatorio Profesional de Valencia, con cuyos alumnos ha compartido la jornada "Cooperación a través de la música" que organiza la ONG Instituto Internacional de Música Ibérica (IIMI).
Nai estudia actualmente tercer curso de solfeo en el Conservatorio Nacional Palestino Edward Said en Ramala y compuso su primera pieza cuando el conflicto entre palestinos e israelíes alcanzó Jenin, al norte de Palestina.
La joven flautista confiesa que compuso su primera pieza cuando el conflicto entre palestinos e israelíes alcanzó la ciudad cisjordana de Jenin, al norte de Palestina, y reconoce que, al ver las imágenes de guerra en la televisión, se enfadó mucho, empezó a tocar "y comenzaron a salir las notas" de una pieza que ha decidido dedicar a los niños de esa localidad.
Esa composición comienza con una parte "muy bonita y alegre, como era la ciudad antes de la guerra", pero después cambia coincidiendo con la destrucción de Jenin: "Mi forma de componer depende de lo que esté pasando en ese momento", explica a EFE para reflejar cómo plasma la realidad en sus partituras.
Nai asegura que su "camino" pasa por "tocar para Palestina", primero porque le gusta la música y, también, porque quiere "aprovecharla para cambiar algo en el mundo".
Tras su experiencia en Valencia, en la que ha observado los métodos de trabajo en el conservatorio, valora "la gran participación, las bromas y el talento" que demuestran sus compañeros valencianos, para los que además ha interpretado varias de sus composiciones con la flauta travesera.
Por su parte, el director artístico del IIMI, David Gálvez, destaca el elevado nivel musical de Nai y añade al respecto que "un niño cuando compone puede tener talento y sacar melodías bonitas, pero esta niña tiene una idea de estructura; las piezas están perfectamente estructuradas, hay microformas y ritmos muy definidos".
Sobre el Conservatorio Nacional Palestino Edward Said, uno de los centros con los que colabora la ONG y donde estudia Nai, Gálvez ha subrayado que se trata de "una especie de paraíso cultural" que goza de un gran nivel y donde "aunque falta metodología, se potencia mucho el talento".
Mañana será el primer día en que Nai, cuyo nombre en árabe significa flauta, tocará fuera de las fronteras palestinas y lo hará acompañada de músicos marroquíes, centroamericanos, palestinos y españoles en un concierto que el IIMI ha organizado para clausurar su jornada y que se celebrará en el centro cultural de La Beneficencia.
En el recital participarán también, invitados por esa ONG, los laudistas Abdelhak Tikerouine, de Marruecos, y el palestino Ahmad Khatib, quienes impartirán además una clase magistral a los alumnos de guitarra del conservatorio valenciano.
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