Este artículo se publicó hace 16 años.
El FMI aconseja tener en cuenta los precios de la vivienda al fijar políticas monetarias
El FMI recomendó hoy a los bancos centrales que tomen en consideración el nivel de precios de la vivienda a la hora de fijar su política monetaria, especialmente en países donde los mercados hipotecarios están más desarrollados.
Ese consejo entraña un cambio importante para las autoridades monetarias, que actualmente centran la vista en los precios generales y el nivel de actividad económica, y no en si suben o bajan los precios de las casas.
En su informe "Perspectivas Económicas Mundiales", publicado parcialmente hoy, el Fondo Monetario Internacional (FMI) argumenta que el desarrollo de los mercados hipotecarios ha elevado el impacto del sector en el resto de la economía.
"No estamos diciendo que las autoridades monetarias deberían fijar una meta de precios de la vivienda, sino que los precios deben formar parte de su evaluación del riesgo", aclaró en una rueda de prensa el economista jefe del Fondo, Simon Johnson.
En el informe, el organismo sugirió que en los países donde los mercados hipotecarios están más desarrollados el banco central debería subir las tasa de interés para desinflar burbujas inmobiliarias antes de que exploten por sí solas, incluso si los aumentos del precio de la vivienda no afectan a la inflación y al crecimiento a corto plazo.
Del mismo modo, debería bajarlas en períodos de contracción en el sector de los bienes raíces, como ha hecho la Reserva Federal en Estados Unidos.
El Fondo opina que el sector inmobiliario se ha convertido en una pieza clave de la economía en muchos países donde se han flexibilizado las hipotecas, de forma que los propietarios pueden usar con más facilidad la riqueza que representan sus viviendas.
En Estados Unidos, por ejemplo, con la subida de los precios en el último "boom", muchos ciudadanos aprovecharon la plusvalía de su vivienda para obtener préstamos colocando la casa como colateral y usar el dinero para arreglos en la vivienda o el consumo, lo que se conoce en el argot técnico como el "acelerador financiero".
Ese efecto se detiene drásticamente cuando el alza de los precios llega a su fin, por lo que hay una contracción del consumo.
El mecanismo se siente en especial en los países con los mercados hipotecarios más avanzados, como Estados Unidos, Dinamarca, Australia, Suecia y Holanda, según el FMI.
En esas naciones las entradas de las casas son más bajas, es más fácil usar las plusvalías de las viviendas y se puede saldar la hipoteca antes de tiempo sin penalizaciones, lo que permite refinanciar el préstamo cuando bajan las tasas de interés.
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