Este artículo se publicó hace 11 años.
El FMI hunde el optimismo del Gobierno y retrasa a 2015 el crecimiento de España
Nuestra economía seguirá en recesión todo 2013 y el PIB se estancará en 2014, al contrario de lo que dijo en abril el organismo que dirige Lagarde
Con los originales de los papeles de Bárcenas aún calientes, el Gobierno se ha llevado otro varapalo en forma de previsiones económicas. El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha tumbado por completo las buenas expectativas del presidente Mariano Rajoy y del ministro de Economía, Luis de Guindos, al asegurar que el PIB de España no crecerá hasta 2015. Así queda reflejado en el nuevo informe 'Perspectivas Económicas Globales, en el que el organismo que dirige Christine Lagarde ha cambiado totalmente sus predicciones para 2014, cuando el crecimiento será nulo (por el 0,7% al que el FMI apuntaba en abril). Este año, según esos datos, no veremos la luz al final del túnel, sino todo lo contrario. El FMI mantiene una contracción del 1,6%.
En esta línea, el FMI también ha revisado, en general, a la baja la previsión de crecimiento de la eurozona y de los principales países miembros. Así, ha recortado en dos décimas su estimación para la eurozona en 2013, hasta el -0,6%, y en una décima la de 2014, hasta el 0,9%. El Fondo explica que la mayor debilidad de la economía de la eurozona obedece a una recesión más profunda de lo previsto, a una baja demanda, a una deprimida confianza y a unas cuentas "débiles" que agravan los efectos en el crecimiento y el impacto de las limitadas condiciones fiscales y financieras. Además, apunta también al retraso esperado en la implementación de políticas claves y a los efectos de una recuperación más tardía.
En concreto, cree que Alemania crecerá tres décimas este año y un 1,4% el próximo, tres y una décima menos de lo que preveía en abril, respectivamente. Para Francia, espera que la economía se contraiga dos décimas en 2013, una más de lo previsto en abril, mientras que ha dejado sin cambios la previsión para el próximo año en el 0,8%. En el caso de Italia, ha empeorado en tres décimas su estimación para este año, hasta el -1,8%, pero, por el contrario, ha mejorado en dos décimas su previsión para 2014, ya que ahora prevé un incremento del PIB del 0,7%.
"Dolores de crecimiento"Por otro lado, el informe del FMI, titulado Dolores de crecimiento, también ha revisado a la baja en dos décimas su previsión de crecimiento de la economía global, hasta el 3,1% en 2013 y el 3,8% en 2014, debido en gran medida a una demanda doméstica "claramente más débil" y un menor crecimiento en economías claves emergentes, así como a una recesión más prolongada en la eurozona. En esta línea, subraya que todavía persisten los riesgos a la baja sobre el crecimiento, ya que a los que existían se han sumado otros nuevos, como la posibilidad de una mayor ralentización del crecimiento en las economías emergentes, una desaceleración del crédito y unas condiciones financieras más estrictas si el fin de los estímulos monetarios en Estados Unidos provoca cambios en los flujos de capital.
El Fondo ha recortado en tres décimas su previsión de crecimiento para las economías emergentes y en desarrollo tanto para 2013 como para 2014, hasta el 5% y el 5,4%, respectivamente. Por su parte, las economías avanzadas crecerán un 1,2% este año y un 2,1% el próximo, una y dos décimas menos, respectivamente, en comparación con lo recogido en el mes de abril. En concreto, ha reducido en dos décimas sus estimaciones para Estados Unidos, hasta el 1,7% en 2013 y el 2,7% en 2014. Por el contrario, ha revisado cinco décimas al alza la previsión para este año de Japón, hasta el 2%, aunque ha recortado en tres décimas la de 2014, hasta el 1,2%.
La institución dirigida por Christine Lagarde insiste, no obstante, en la austeridad como forma de salida. Así, llama a las principales economías avanzadas a mantener una política macroeconómica que apoye el crecimiento a corto plazo, al mismo tiempo que se desarrollan planes "creíbles" para alcanzar la sosteniilidad de la deuda en el medio plazo y reformas para restaurar los balances y los canales de crédito. En su opinión, con una baja inflación y una débil economía, los estímulos de política monetaria deberían continuar hasta que la recuperación este bien afianzada.
En el caso de la eurozona, considera que una revisión de los activos bancarios debería identificar cuales son problemáticos y cuantificar las necesidades de capital, todo ello apoyado por la recapitalización directa por parte del Mecanismo Europeo de Estabilidad (Mede) cuando sea apropiado. Asimismo, reclama a los europeos que avancen hacia una unión bancaria completa, con un mecanismo único de resolución, y advierte de que son "cruciales" para aumentar el crecimiento y el empleo políticas para reducir la fragmentación financiera, apoyar la demanda y reformar los mercados laborales y de productos.
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