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Francia duda si se debe hacer la autopsia a Chantal

ANDRÉS PÉREZ

Chantal Sébire no pudo terminar su vida de forma serena. La ex maestra que solicitaba una eutanasia activa para salir del sufrimiento causado por un estesioneuroblastoma murió el miércoles por la noche de forma misteriosa, en plena polémica sobre su derecho a morir. La Justicia duda ahora: ¿ordenar una autopsia o dejar a la fallecida en paz? ahora el debate arrecia.

El cuerpo sin vida de la mujer fue hallado por su hija en su apartamento de Plombières-les-Dijon. Si el fallecimiento de Chantal fue por muerte natural o suicidio, y si ese fallecimiento se produjo cuando la ex maestra estaba sola o acompañada, es un secreto que se ha llevado a su tumba.

Su muerte tuvo lugar sólo un día después de que los tribunales le denegaran el derecho a una asistencia médica, y días después de que el presidente Nicolas Sarkozy esquivara la solicitud que por carta le había formulado Chantal.

La fiscalía de la República dudaba el jueves entre ordenar una autopsia o aceptar el hecho como si se tratase de un fallecimiento natural. Pocas horas antes de descubrir el cuerpo, Sarkozy aceptó reunirse con el médico de Chantal, partidario de ayudarla a morir. El abogado de la fallecida y de la Asociación por una Muerte Digna, Gilles Antonowicz, declaró que “si ordenan una autopsia, será una vergüenza”.

La negativa de la Justicia a permitirle una ayuda a morir desencadenó una respuesta cáustica de la interesada, que dijo saber lo que tenía que hacer. Al mismo tiempo, Chantal Sébire se había declarado en varias ocasiones decididamente hostil al suicidio, estimando que lo importante era la dignidad y la compañía al final de al vida. Su fallecimiento deja al descubierto el vacío legal de la actual legislación francesa, que data de 2005.

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