Este artículo se publicó hace 17 años.
Francia extiende la prohibición de fumar a los últimos lugares públicos cerrados
Fumar en bares, restaurantes, hoteles, discotecas y casinos estará prohibido en Francia desde la medianoche de hoy al extenderse a esos establecimientos el decreto antitabaco que desde febrero proscribe el humo en los lugares públicos cerrados.
"Todo el mundo tiene derecho a vivir en un aire sano", argumenta la ministra de Sanidad, Roselyne Bachelot, al rechazar moratorias o ajustes pedidos por el sector de la restauración, especialmente los 20.000 estancos-bares o cafeterías que venden tabaco.
Sin embargo, la ministra ha confirmado que habrá "tolerancia" para la cena de Nochevieja y el primer día del año: no habrá controles en las primeras 24 horas de esta nueva era sin tabaco.
Pero desde el miércoles los clientes de los aproximadamente 200.000 bares, restaurantes, discotecas, casinos y hoteles que enciendan un cigarrillo o puro podrán ser multados con entre 68 y 450 euros (100 y 662 dólares), mientras que los gerentes de los establecimientos que no hagan cumplir el decreto afrontan multas de entre 135 y 750 euros (200 y 1.100 dólares).
Tan sólo se podrá fumar en "fumaderos" -lugares herméticamente cerrados, con sistemas de extracción de aire independientes de la ventilación del resto del local, y donde no podrá haber prestaciones de servicios (para proteger a los 800.000 trabajadores del sector)-, o en terrazas, siempre y cuando estén abiertas por alguna parte.
Como los fumaderos tienen un coste prohibitivo, pocos bares o restaurantes podrán permitírselos.
Otro problema lo afrontan las discotecas, donde, según las regiones, se pedirá que vuelvan a pagar la entrada a los clientes que hayan salido a fumar. El objetivo es evitar que aprovechen esa "pausa" para consumir alcohol en su automóvil.
En declaraciones al diario "Le Parisien", Bachelot excluye por el momento lanzar una brigada especial para perseguir a los infractores en bares, restaurantes, casinos, discotecas y hoteles (se podrá fumar en las habitaciones) y se declara convencida de que "las cosas se resolverán de una forma razonable y vencerá el interés general".
"Nuestro objetivo no es fastidiar a la gente, sino protegerla. No hay que olvidar que cada año hay 66.000 muertes causadas por el tabaquismo activo y 5.000 muertos por tabaquismo pasivo", afirma.
El actual ministro de Trabajo, Xavier Bertrand, que como titular de Sanidad puso en marcha el decreto de noviembre de 2006 que prohibió el tabaco en los lugares públicos cerrados, dice que los franceses han entendido que "se trata ante todo de proteger a los no fumadores y los trabajadores y en ningún caso de señalar con el dedo a los fumadores".
"Hemos dado un gran paso en materia de sanidad pública", afirma Bertrand en "Les Echos", al felicitarse por el balance de la aplicación del decreto antitabaco desde febrero en empresas, administraciones, hospitales o escuelas.
Pero los estudios muestran que no han disminuido los infartos entre los menores de 65 años, contrariamente a lo que pasó en Italia, Escocia o Irlanda tras la prohibición de fumar en los bares.
La industria tabaquera prevé una bajada media del consumo de sólo un 3% este año en Francia, donde hay unos 15 millones de fumadores.
El sector de la restauración teme una bajada de ingresos de un 20-25%, al menos en los primeros meses de la prohibición, y se alza contra el principio mismo de esta reglamentación.
"Eso no tiene límites. Pronto van a prohibir el alcohol y, para comer en un restaurante, habrá que venir con los resultados de los últimos análisis de sangre", se queja el vicepresidente de la Unión de Industrias de la Hostelería (UMIH), Francis Atrazic.
Es lamentable, dice, que en Francia haya "posiciones extremas", mientras que otros países supieron hallar "soluciones transitorias".
En la misma línea, el ministro de la Función Pública, André Santini, aficionado a los puros, se preguntaba hoy por qué Francia no adopta "un sistema responsable" como en España, donde son los gerentes de bares los que dicen "aquí se fuma, aquí no se fuma".
En la emisora "RTL", Santini apeló, como último recurso, al presidente francés, Nicolas Sarkozy, del que se conoce su afición a los puros, para que acuda al rescate de los fumadores.
Pero, según el ministro de Trabajo, la formula española no puede aplicarse en Francia debido a una decisión del Tribunal Supremo en 2005 que obliga a proteger a "todos los trabajadores".
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