Este artículo se publicó hace 15 años.
Francia teme no hallar las cajas negras del avión
Brasil encuentra un gran trozo de fuselaje a 90 kilómetros del centro del rastreo
La catedral de Notre Dame y la Gran Mezquita de París vibraron ayer. Temblaron los muros por las ceremonias de cantos religiosos en honor a los 228 desaparecidos del vuelo Río-París que, según todos los indicios, yacen en el fondo del Atlántico. Pese a la falta de pruebas materiales y a la imposibilidad de hallar las cajas negras que contienen los datos de vuelo y las comunicaciones del Airbus AF-447, los expertos en aviación civil empezaban ayer a formular hipótesis sobre la investigación.
"No cabe descartar que en algún momento quede paralizada por falta de elementos materiales y de las cajas negras", explicó ayer Paul-Louis Arslanian, director de la Oficina de Investigación y Análisis (BEA) de la aviación civil. Una forma elegante de decir que esta va a ser una investigación larga y difícil. Quizá sea imposible descubrir la causa de la mayor tragedia de la historia de Air France, una de las más cruentas jamás ocurridas en pleno vuelo a gran altitud, sobre alta mar y en uno de los aparatos más sofisticados que existen, el Airbus 330-200.
Robots capaces de sumergirse hasta a 6.000 metros van a bajar hasta el lechoLas operaciones en la zona situada al noreste del archipiélago brasileño Fernando de Noronha, en busca de esos "elementos materiales", dieron nuevos resultados. Tras los "restos pequeños", las butacas, salvavidas y el queroseno hallados el martes a 650 km al noreste de las islas, los militares brasileños encontraron ayer más restos. Y de importancia: un avión radar detectó cuatro nuevas zonas con fragmentos del aparato.
En una de ellas, a 90 km al sur de la zona de rastreo principal, descubrieron "una pieza metálica de siete metros de diámetro" al parecer desgajada del fuselaje, afirmó un portavoz del Ejército brasileño, el coronel Jorge Amaral.
Aunque no se descartó que esa lejanía se deba a las corrientes marinas, lo cierto es que como el trayecto del avión iba de suroeste a noreste, la caída de esa porción importante de fuselaje podría haber precedido a la dispersión de los otros restos, casi pulverizados.
Los batiscafos no podrán explorar un fondo marino tan abrupto y extensoSe trata de un nuevo dato que deberá ser interpretado en el marco de las investigaciones abiertas, la del BEA francesa sobre las causas del siniestro, y la de la fiscalía de París sobre la identidad de las víctimas y las posibles responsabilidades penales. En virtud de los convenios sobre aviación internacional, y aunque es Brasil quien está encontrando casi todos los fragmentos del avión en aguas internacionales, corresponde a Francia dirigir las investigaciones.
"Tenemos que prepararnos para trabajar sin las cajas negras", señaló ayer el director de la BEA al anunciar que presentará un informe preliminar a finales de junio. Arslanian explicó que "en esa zona, los fondos tienen relieves muy importantes y son más un paisaje de montaña que una llanura abisal", con desniveles que van desde los 2.000 hasta los 6.000 metros.
Los batiscafos que el Instituto Francés del Mar (Ifremer) envía a la zona pueden bajar a esas profundidades pero no pueden investigar áreas tan extensas como las que se están barajando a causa de la dispersión de los restos en una zona conocida en Francia con el nombre de Le Pot au Noir, desde la época de los buques negreros.
Un piloto descarta que el accidente pudiera debersea un fallo eléctricoEntre los aparatos empleados destacan robots submarinos por control remoto como el Victor 6.000, especializado en búsquedas abisales.
Hipótesis de una explosiónUn piloto explicó ayer a Le Monde que la ausencia de comunicación por parte de la tripulación es inexplicable en caso de problema eléctrico, puesto que el Airbus lleva varios sistemas de comunicación y numerosos dispositivos de alimentación alternativos. "Debió ser grave y repentino", y "no se puede descartar una despresurización brutal, que podría haber provocado una explosión" dijo.
La hipótesis de una explosión o una implosión en vuelo empieza a cobrar fuerza entre los expertos en aviación civil. Sin embargo, no disponen de ningún elemento que les permita asegurar esta posibilidad, ni siquiera que el accidente pudo tener su origen en un encadenamiento diabólico de problemas en pleno vuelo.
El ministro de Defensa francés, Hervé Morin, fue el primer miembro del Gobiernoen reconocer que "todas las hipótesis serán examinadas, incluida la de una acción terrorista". La versión inicial del impacto de un rayo se desvanece. El martes, el primer ministro, François Fillon, evadió esa cuestión.
Comentarios de nuestros suscriptores/as
¿Quieres comentar?Para ver los comentarios de nuestros suscriptores y suscriptoras, primero tienes que iniciar sesión o registrarte.