Este artículo se publicó hace 14 años.
Francia se une a la carrera de digitalizar los libros del mundo
Por Sophie Hardach
En medio de los campos y llanuras del centro de Francia, un equipo de reentrenados secretarios y expertos en tecnología está empaquetando el patrimonio literario de Europa para la era digital.
Diciéndolo de un modo menos fastuoso, pasan páginas para ganarse la vida.
La compañía para la que trabajan, Safig, es una de las pocas empresas europeas que digitaliza libros, usando personas y máquinas para pasar las páginas. Esto les sitúa en el corazón del plan francés de crear una enorme biblioteca en línea, y su intento de negociar un contrato sobre los libros digitales con el gigante de la Red Google.
"Estamos en un periodo políticamente delicado", manifestó el director del proyecto Christophe Danna, haciendo referencia a este proceso. "Cualquiera que sea el resultado, determinará el futuro del mercado de los libros", dijo a Reuters mientras hablaba en la sala con el ruido de los escáneres de fondo.
Los partidarios del plan de 750 millones de euros de Francia de digitalizar sus bibliotecas y museos lo ven como una unión de orgullo cultural y estrategia industrial -- Bruno Racine, director de la Biblioteca Nacional de Francia, es también un consejero estratégico de la OTAN.
Los escépticos apuntan que 10 millones de libros digitalizados por Google empequeñecen cualquier esfuerzo de Francia, como los tres años de contrato de Safig para escanear 300.000 libros de la Biblioteca Nacional.
Uno de los posible beneficios es un compromiso con Google que podría acelerar la digitalización masiva.
"Esto es un poco como una fábrica. No hacemos coches, pero hay un claro paralelismo", comentó Danna. Safig cobra por página, independientemente de si está escaneando un clásico o la "Legislación belga de Uniones de Profesionales", un tomo amarillo que espera a ser digitalizado.
Algunos analistas ven un segundo paralelismo: igual que en la industria del automóvil, Francia ha sido acusada de proteccionismo y beligerancia hacia las empresas extranjeras mientras reforma su mercado editorial, valorado en 4.000 millones de euros.
"PACTO CON EL DIABLO"
El presidente Nicolas Sarkozy ha prometido que Francia no se dejará "despojar" de sus tesoros literarios, mientras los intelectuales han criticado a una biblioteca en Lyon por firmar "un pacto con el diablo" al digitalizar libros con Google.
Muchos franceses sienten que las obras de Molière y los poemas de Baudelaire son un mayor tesoro nacional que la industria del automóvil, y que el estado tiene derecho a otorgarles una atención especial.
Robert Darnton, director de la Biblioteca de la Universidad de Harvard, quiere incluso que Estados Unidos tome a Francia como modelo.
"La tecnología existe y posiblemente el dinero existe para recrear la República de las Letras", dijo a los periodistas en un aparte de una conferencia en París.
"El Estado debe patrocinar el coste de digitalizar lo que llaman el 'patrimoine', nuestras posesiones que pertenecen a toda la nación", añadió.
por ejemplo, mediante un libre intercambio de libros.
Este punto de vista pone de relieve un cambio de actitud tras la marcha de Jean-Noel Jeanneney como director de la Biblioteca Nacional de Francia en 2007. Jeanneney fue un firme crítico de Google e incluso escribió un libro atacando el proyecto de la compañía señalándolo como amenaza a la cultura no anglófona.
Según el acuerdo, la Biblioteca Nacional podría permitir a Google utilizar los libros digitalizados a cambio de tener acceso libre a la mayor colección del buscador estadounidense.
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