Este artículo se publicó hace 15 años.
Francia y Alemania dicen que la regulación es prioridad para G20
Francia y Alemania dijeron el martes que la principal prioridad de la cumbre del G20 debe ser diseñar una nueva arquitectura financiera mundial, resaltando la necesidad de regulación en lugar de los estímulos económicos, como propone Washington.
En una carta conjunta a la presidencia de la Unión Europea publicada el martes, los líderes de los dos países dijeron que la UE debe proponer que todos los fondos de cobertura y otras firmas privadas de inversión que puedan significar un riesgo sistémico, deban ser registradas, reguladas y supervisadas.
"La principal prioridad es la puesta en marcha de una nueva arquitectura financiera mundial", decía la carta conjunta entre el presidente francés, Nicolas Sarkozy, y la canciller alemana, Angela Merkel, dirigida al presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, y al primer ministro checo y presidente de turno de la Unión Europea, Mirek Topolanek.
Las divisiones entre los actores clave se han incrementado en el camino a la cumbre del G20 el 2 de abril en Londres, con Francia y Alemania rechazando las demandas de Estados Unidos de aumentar el gasto para combatir la recesión. Estos dos países buscan que la reunión se enfoque en una regulación más estricta.
El fin de semana, los ministros de Finanzas del G20 conformaron un frente unido y se comprometieron a rescatar a las economías de mercados emergentes en dificultades. También aseguraron que usarán todas sus herramientas fiscales y monetarias para lidiar con el problema.
La UE debe también diseñar un mecanismo de sanción para los países que no cooperen con la regulación y la transparencia, dijeron Merkel y Sarkozy.
Ambos líderes dijeron que recibían con beneplácito las señales de que la UE estaría lista para ayudar a cualquier miembro que necesitase ayuda, diciendo que la solidaridad y la responsabilidad eran principios fundamentales en el bloque.
La especulación sobre si los miembros de la Unión Europea podrían tener que ayudar a quienes se encuentren en una situación financiera más débil, como Irlanda o Grecia, ha crecido en las últimas semanas.
Una opción que se manejó ha sido la emisión de un bono conjunto de la zona euro, pero el apoyo a esta iniciativa ha sido escaso.
A comienzos de mes, Barroso dijo que la zona euro estaba preparada para ayudar si alguno de sus miembros se veía amenazado de caer en situación de incumplimiento en el pago de deuda.
/Por Paul Carrel y Madeline Chambers/
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