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Francisco Parra acaba el monumento al Inca Garcilaso para Sevilla, Lima y Madrid

EFE

El escultor sevillano Francisco Parra está concluyendo la escultura al Inca Garcilaso de la Vega que se ubicará en Sevilla, y otras copias en Madrid y en Lima (Perú), según ha explicado a Efe el propio artista.

El monumento será una escultura de la cabeza del Inca Garcilaso de la Vega (Cusco, Perú, 1539-Córdoba, España, 1616) para cuyo rostro el escultor sevillano se ha guiado por la iconografía existente sobre el escritor mestizo peruano y por indicaciones de historiadores.

La gran cabeza del Inca, cuyo modelado en barro ya ha concluido para efectuar el vaciado el bronce, mide un metro y treinta centímetros de altura y en su base, junto al cuello, están labrados los dos escudos nacionales de Perú y España.

El monumento alcanzará una altura total de algo más de dos metros y medio una vez que la cabeza se coloque encima del pedestal sobre en el que se situará en la Plaza de San Martín de Porres, en el barrio sevillano de Triana.

El pedestal, a su vez, se ubicará en el centro de un triángulo construido de piedra caliza, granito y acero también de tono oscuro, y llevará un banco en el que los viandantes podrán sentarse junto al monumento.

En Madrid, según explicó el escultor a Efe, aún no se ha determinado el lugar exacto donde se ubicará el monumento, si bien será en la zona de Cuzco, mientras que en Lima se le ha reservado un lugar de honor en uno de los parques urbanos que dan a la costa del Pacífico, mientras que en Sevilla en mayo la escultura estará lista para su colocación.

El monumento se ha plantado como una donación del Gobierno peruano, en una iniciativa impulsada por el embajador de Perú en España José Luis Sánchez-Cerro, con la idea de homenajear al que en América se conoce con los títulos de "Primer mestizo biológico y espiritual de América" y con el de "Príncipe de los escritores del Nuevo Mundo".

La idea inicial partió de Augusto Élmore, que fue agregado cultural de la Embajada de Perú en Madrid, quien, según recuerda Parra, era un entusiasta de la figura del Inca Garcilaso de la Vega, a quien consideraba que España le debía un homenaje en forma de monumento.

La cabeza modelada por Parra, íntegramente a mano, empleando sólo los dedos, sin ningún tipo de herramienta ni palillos, es muy realista y trata de transmitir el carácter, la inteligencia y el genio del escritor peruano más insigne del periodo colonial.

Parra aseguró que también ha querido transmitir que se trata de un mestizo, de mejillas barbilampiñas, con los bigotes hacia abajo y una nariz aguileña que es rasgo común en toda la iconografía que se ha conservado sobre el Inca.

Hijo del conquistador español capitán Sebastián Garcilaso de la Vega, de la nobleza extremeña, y de la princesa inca Isabel Chimpu Ocllo, nieta del inca Yupac Yupanqui y sobrina del inca Huayna Cápac, emperador del "Reino de los cuatro suyos" (nombre del Imperio Incaico en la lengua quechua), el Inca Garcilaso de la Vega estudio en el Colegio de Indios Nobles de Cuzco junto a los hijos de Francisco y Gonzalo Pizarro, también mestizos e ilegítimos.

Su nombre de bautismo fue Gómez Suárez de Figueroa, si bien en su exilio en España lo cambio por el de Inca Garcilaso de la Vega.

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