La familia Franco ha vuelto a rebajar el precio de la lujosa vivienda que posee en la localidad de San Cucao, en el municipio asturiano de Llanera, a unos quince kilómetros de Oviedo. Fue en ese inmueble donde Carmen Polo y Francisco Franco pasaron su noche de bodas hace casi cien años, el 23 de octubre de 1923.

La Piniella, donde Franco y Polo acostumbraban a pasar algunas temporadas, era propiedad de la familia política del dictador. Se construyó a principios del siglo XIX, tiene 360 metros cuadrados distribuidos en dos plantas sobre una parcela de 3.000 metros y aún guarda en su interior pertenencias personales del tirano. Según informa La Voz de Asturias, su precio ha sido rebajado en dos ocasiones.

Los Franco la pusieron a la venta hace cuatro años en un portal inmobiliario de lujo por cinco millones. Al año siguiente la rebajaron a 2,9 millones, y recientemente, y ante la imposibilidad de venderla a ese precio, redujeron la oferta a 1,9 millones y la colgaron en el popular portal digital Idealista.

"Engel & Völkers presenta esta bonita casa de campo del siglo XVIII en Piniella, en el centro de Asturias", reza el anuncio. "Escoltada por dos garitas nos recibe un camino con setos altos hasta llegar a la verja principal, por la cual accedemos al camino con platanus que nos dirige desde el jardín a la entrada principal. Allí nos recibe un pequeño hall distribuidor desde el cual, a su izquierda, se encuentra el salón principal con chimenea y su capilla, con destacables detalles en madera tallados en las contraventanas".

La inmobiliaria que la vende afirma que la casa dispone además de salón de té, comedor con otra chimenea, cocina, zona de despensa y calderas, seis dormitorios, cinco baños -dos de ellos en suite en sendas habitaciones-, salita de lectura con otra chimenea más, sala de costura y terraza orientada al sur.

La finca también cuenta con jardines, casa para guardeses, garaje para varios vehículos, almacén, cuadra y gallinero. "Estamos ante una propiedad ideal para inversiones vinculadas a la hostelería y la restauración, ya que cuenta con amplios espacios exteriores y varias edificaciones", prosigue el anuncio, que no menciona el uso que de la casa hicieron Franco y su mujer pero sí detalla que precisa de obras de renovación.

El dictador y Carmen Polo se casaron ocho años después de haberse conocido, cuando a él lo destinaron a Oviedo cuando fue ascendido a comandante. Ella era hija de Felipe Polo, un acaudalado abogado natural de Palencia, y de Ramona Martínez-Valdés, perteneciente a una poderosa familia asturiana de la zona.

Según cuentan los historiadores, los Polo recelaron del noviazgo porque preferían enlazar a Carmen con algún miembro de la nobleza, a pesar de que Franco ya gozaba de cierto prestigio militar tras sus primeras campañas en África.

La relación se vio interrumpida en 1920, cuando Millán Astray convenció a Franco para regresar a África como su segundo. Carmen Polo llegó a decir que no tuvo "un noviazgo feliz" a causa de esa separación, y que padeció ansiedad por el miedo a lo que pudiera pasarle a él en la guerra contra Marruecos.

Según La Voz de Asturias, Carmen Polo heredó La Piniella tres años después de casarse, tras la muerte de su padre -su madre había fallecido en 1914-. Desde entonces, los Franco Polo la usaron como residencia estacional. Fue allí, asegura el diario asturiano, donde el dictador empezó a aficionarse a la pesca del salmón.

A la muerte de Carmen Polo, el inmueble pasó a manos de su hija y sus siete nietos, que hace dos años también intentaron vender el pazo de Meirás por ocho millones cuando advirtieron la intención del Estado de obligarles a devolverlo.

La Justicia ha declarado que Meirás pertenece al patrimonio público, y que fue robado por los Franco con una operación mediante la que falsearon el expolio disfrazándolo como un supuesto regalo de la ciudadanía de la provincia A Coruña.

El Ayuntamiento de A Coruña también ha iniciado los trámites para recuperar la Casa Cornide, un palacete que los Franco también robaron al patrimonio municipal simulando una falsa permuta y amañando una subasta con Pedro Barrié de la Maza para que éste se la donara directamente. Sus herederos también trataron de venderla cuando intuyeron que podrían perderla.