Este artículo se publicó hace 17 años.
Frenar los biocarburantes y no deportar famélicos ayudaría a reducir la hambruna en el mundo
Establecer una moratoria de cinco años para la actual producción de biocarburantes y consagrar el derecho a la no deportación de las personas famélicas son dos de las soluciones para reducir el número de hambrientos en el mundo, según la ONU.
Así lo explicó hoy en rueda de prensa el relator especial de Naciones Unidas para el Derecho a la Alimentación, el suizo Jean Ziegler, quien presentará próximamente su informe provisional sobre ese derecho en la Asamblea General de la ONU.
En ese foro, Ziegler defenderá que el poder alimentarse es un derecho humano básico, "algo que países como Estados Unidos no consideran", aseguró el relator, quien aprovechó para felicitar al secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, por su "coraje por defender este tema".
Según los datos recabados por su equipo "el hambre continúa expandiéndose año a año, cada día mueren 24.000 personas de hambre y por causas relacionadas con la desnutrición son 100.000, lo que da un total de 35 millones de muertes al año".
"Cuando según datos de la FAO (Fondo para la Agricultura y la Alimentación de la ONU) en el mundo se producen alimentos para alimentar a 12.000 millones de personas, es decir el doble de la población mundial, cada niño que muere de hambre es un asesinato", agregó Ziegler.
Por ello, el relator considera que no sólo hay que acabar con los hambrientos, sino evitar que haya más, por lo que propone consagrar el derecho de que las personas que no pueden alimentarse no sean deportadas, y evitar que los terrenos agrícolas dejen de dedicarse a producir alimentos para destinarse a la fabricación de biocombustible.
"En África hay 202 millones de hambrientos que no pueden alimentarse y que arriesgan sus vidas para llegar a Europa y poder vivir, y nosotros deberíamos permitírselo".
Ziegler considera que es posible crear el Derecho a la No Deportación porque cuando el Consejo de Derechos Humanos de la ONU fue instaurado en marzo del 2006, "se le dio el mandato de crear nuevas herramientas si era necesario, por lo que yo sólo pido que se respete".
"Es una tragedia lo que ocurre todos los días en las costas atlánticas y mediterráneas, miles de personas que mueren ahogadas", agregó, y criticó a la Unión Europea (UE) por querer concluir un acuerdo de libre comercio con el grupo de países ACP (ex colonias europeas independizadas recientemente en África, Caribe y Pacífico) que, a su entender, "va a beneficiar solo al norte".
Según Ziegler, los países ACP no tienen margen de maniobra para negociar a causa de las ataduras que mantienen con la UE por las ayudas que reciben de ésta.
"El acuerdo solo hará aumentar el número de hambrientos", señaló.
Precisamente, Ziegler considera que otra de las medidas que podría evitar el aumento del número de famélicos, que ya es de 854 millones, sería establecer una moratoria de cinco años en la producción de biocarburantes.
"La transformación masiva de plantíos consagrados a los alimentos hacia la producción de biocarburantes va a crear hecatombes", aseveró.
Y explicó que para producir cinco litros de etanol se necesitan 230 kilos de maíz, una cantidad que alimentaría a un niño durante un año.
"Yo comprendo la necesidad de controlar las emisiones de efecto invernadero, pero no ponerla por delante de la muerte de la gente", agregó.
Por lo que pide la moratoria para que los científicos puedan desarrollar técnicas que permitan fabricar biodiesel de productos no comestibles, como los cactus.
"Lamentablemente, las zonas áridas aumentan a un ritmo de 1,2 kilómetros por año, pero al menos tendremos los cactus".
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