Este artículo se publicó hace 16 años.
Frenar la inflación, el primer objetivo para el Año nuevo chino
El Gobierno comunista está preocupado por la subida de precios inmobiliarios y de alimentación
Andrea Rodés
Diputados dormidos. Gente bebiendo té y charlando en las escaleras. Periodistas haciéndose fotos como si fueran turistas. Así de relajado era ayer el ambiente en el interior del Gran Palacio del Pueblo de Pekín, mientras el primer ministro chino Wen Jiabao inauguró la primera sesión de la Asamblea Nacional Popular (ANP), el parlamento, con un discurso de dos horas y media que no deparaba sorpresas.
Ante los casi 3.000 diputados de todo el país – algunos vienen disfrazados con trajes regionales, para mostrar ante los medios que China es un país plural -, Wen presentó un informe sobre el estado de la nación y expuso los planes políticos y económicos para 2008. Como en los plenos de años anteriores, el informe se vanagloria de los éxitos del gobierno central e insiste en la necesidad de reformas para lograr un desarrollo más moderado y eficiente, que permita reducir los fuertes desequilibrios sociales y el impacto sobre el medioambiente.
“Los últimos cinco años pueden considerarse uno de los mejores periodos de desarrollo en la historia de nuestro país”, resalta el informe, presentado por Wen a la ANP. El legislativo chino es un órgano sin poder real, controlado por el comité permanente del Politburó – la cúpula de dirigentes del Partido Comunista, que se renueva cada cinco años. En principio, el presidente Hu Jintao y el primer ministro renovarán su segundo y último mandato durante estas dos semanas de pleno parlamentario.
“Para tener en cuenta los logros, no dejamos de ser conscientes de los problemas y dificultades que subsisten en el avance de nuestro país”, dijo Wen.
Frenar el sobrecalentamiento de la economía y controlar la inflación, “la mayor preocupación de las masas”, son las dos prioridades principales para 2008, según el primer ministro chino. La primera medida macroeconómica anunciada para lograr esto es prevenir que el crecimiento del PIB supere en 2008 el 8%. Algo difícil de creer, cuando la mayoría de analistas estiman cifras superiores y la tasa de crecimiento china de los últimos años no ha bajado de los dos dígitos. Wen ya anunció en la anterior ANP un crecimiento del 8% para 2007. Sin embargo, la economía china creció el año pasado en un 11.4%, impulsada en primer lugar por la inversión en infraestructuras y la construcción: de carreteras y vías de tren a edificios públicos y bloques de pisos.
Suben los precios inmobiliarios
El auge de los precios en el mercado inmobiliario y en los alimentos explican, según Wen, la inflación del 7.1% alcanzada este enero, una cifra que provoca malestar social. Wen justificó que los factores externos, como el alza de los precios de los recursos energéticos o la devaluación del dólar, han agravado el problema. Y aseguró ante los diputados que el gobierno se encargará de proteger los precios de los artículos de manutención básica, como carburantes, electricidad, agua y el transporte público. También está previsto establecer sistemas de reserva de alimentos básicos, como el programa “bolsa de arroz” o “canasta de verduras”, y promover la producción para asegurar el abastecimiento de la población y estabilizar los precios de mercado. Son medidas tranquilizadoras para un país con más de 300 millones que viven en la pobreza, según el Banco Mundial, pero que se alejan de los patrones de una economía de libre mercado.
“Hay que priorizar la calidad a la rapidez del desarrollo”, dijo Wen. El informe reconoce que deben tomarse soluciones radicales para poner fin a un modelo de desarrollo económico desestructurado, que da pie a la corrupción; a la baja capacidad de innovación, al coste excesivo de crecer a costa de los recursos naturales y el medioambiente; y al desequilibrio creciente entre las zonas urbanas y rurales.
Las reformas propuestas en el informe son muy generales: promesas de inversiones billonarias en educación, sanidad, ahorro de energía y modernización de la agricultura. Faltan medidas concretas, aplicables en el corto plazo. Una de las mayores dificultades para los políticos de Pekín es conseguir que el dinero de las inversiones sociales consigan evadir la corrupción local y lleguen a su destino. Wen pidió más responsabilidad a las autoridades locales, para que el dinero de las reformas sociales no acelere el boom de las construcciones públicas.
Reducir la dependencia económica de las exportaciones también será un objetivo para este año. A cambio, habrá que fomentar el consumo doméstico. Medidas como la fijación de salarios mínimos, las vacaciones remuneradas o la ampliación de servicios sociales y sanitarios servirán para que la gente perciba tener más dinero en el bolsillo.
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