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La frontera de Melilla vive su segunda noche de tranquilidad tras la avalancha

EFE

La frontera de Melilla ha vivido su segunda noche de tranquilidad tras el asalto protagonizado en la madrugada del lunes por un grupo de 150 subsaharianos, que intentaron acceder a la carrera y armados de piedras y palos por el puesto de Beni-Enzar que enlaza Marruecos y la ciudad autónoma.

Fuentes de la Delegación del Gobierno han confirmado a Efe que tanto el puesto fronterizo de Beni-Enzar como la triple valla del perímetro funcionan "con normalidad absoluta", aunque mantienen los refuerzos de efectivos y medios de la Guardia Civil y el Cuerpo Nacional de Policía por el nivel máximo de alerta decretado.

Estos refuerzos son, básicamente, una dotación de la Unidad de Intervención Policial (UIP) en el puesto de Beni-Enzar para reforzar el servicio nocturno habitual en este control, y 36 agentes de la Guardia Civil de los Grupos Rurales de Seguridad (GRS), llegados a Melilla desde la península hace dos semanas.

Las mismas fuentes han avanzado además que las obras de reparación de la valla fronteriza, que quedó muy dañada en un tramo de 50 metros por las inundaciones registradas en Melilla el 26 de octubre, continúan a buen ritmo y está prevista su finalización en dos o tres semanas.

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