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Las Fuerzas Armadas salvaron a España el 23F, según un general del CESID

EFE

Las Fuerzas Armadas salvaron a España el 23-F cuando el teniente coronel de la Guardia Civil Antonio Tejero secuestró el Congreso de los Diputados, asegura el general de División Juan María de Peñaranda en su libro "Desde el corazón del CESID".

Peñaranda trabajó durante diecisiete años en los servicios secretos españoles y con su experiencia redactó su tesis doctoral, con cuya segunda parte escribió el libro publicado ahora por Espasa y en el que se centra principalmente en el papel de los servicios secretos entre los años 1976 y 1979.

De acuerdo con este militar, el 23-F fue un "golpe de mano" perpetrado en solitario por Tejero, que ya había estado involucrado en la operación Galaxia dos años antes -de la que da cuenta pormenorizada en su trabajo- y ante la que, apunta, no se hizo nada.

En una entrevista con la Agencia Efe, dice que él mismo conoció los detalles en una conversación con el coronel José Ignacio San Martín de un plan que se llevaría a cabo en mayo o junio de 1981, ante la situación en que se encontraba España, pero que no tuvo lugar tras la iniciativa de Tejero el 23 de febrero de 1981.

San Martín, ya fallecido, fue procesado bajo acusación de rebelión militar y condenado a diez años de reclusión y separación del servicio, aunque fue puesto en libertad tras haber cumplido más de tres cuartas partes de la pena. En 1981 era Jefe del Estado Mayor de la División Acorazada Brunete.

Peñaranda, que trabajó a las órdenes de San Martín, asegura que tanto éste como el teniente general Jaime Milans del Bosch sacaron los tanques a la calle -cuando vieron por televisión a Tejero en el Congreso- siguiendo el protocolo de la "operación Diana" para situaciones de Estado de Excepción.

El autor del libro explica que el sábado anterior al lunes de la intentona golpista -palabra que no le gusta- Tejero dijo que el 23 era la fecha adecuada, ante lo que San Martín envió al comandante Ricardo Pardo Zancada -otro de los condenados- a que visitase a Milans del Bosch para decirle que había que aplazarlo todo porque "era un disparate".

Según Peñaranda, del mismo modo que él se enteró de los planes para evitar que Adolfo Suárez siguiera en el poder, mucha otra gente pudo saberlo, incluso el rey, sin que necesariamente secundasen la iniciativa, ni conocieran los mínimos detalles sobre ella.

De acuerdo con el autor, los servicios de información militar no tenían los suficientes medios para hacer un seguimiento de todo, aunque mantiene que en 1981 el CESID debería haber sabido lo que estaba pasando.

En su libro se da gran importancia al papel desempeñado en esa época por el entonces presidente de la Agencia Efe, Luis María Ansón, y otros destacados periodistas.

El libro arranca con el nacimiento del Servicio Central de Documentación (SECED), adscrito a la Presidencia del Gobierno en 1972, que más tarde se transformaría en el Centro Superior de Información de la Defensa (CESID) en 1977.

Al hilo de las actividades del servicio de información se narran los principales acontecimientos acaecidos desde la muerte de Franco, el 20 de noviembre de 1975, hasta los prolegómenos del fatídico 23-F.

Da cuenta de cómo militares radicales trataron de abortar el proyecto constituyente en 1978, de las confabulaciones contra el presidente, Adolfo Suárez, o de la contestación por ciertos sectores de las Fuerzas Armadas al vicepresidente Manuel Gutiérrez Mellado.

Indica que los principales problemas de esos años eran el terrorismo -118 muertos en 1979 y 124 en 1980- y la involución, a lo que hubo que sumar la grave crisis económica y las reivindicaciones nacionalistas del País Vasco.

Carmen Tabar.

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