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El fundador de la Feria de Hay no cree en la muerte del libro

Reuters

Pese a todo lo que se habla sobre el sombrío futuro de los libros, el fundador de una de las mayores ferias literarias de Reino Unido, que se celebra cada año en un pequeño pueblo de Gales, cree que la palabra escrita está a salvo.

Peter Florence ha convertido la Feria de Hay en un gran acontecimiento cultural que este año reúne a autores como Bill Bryson, Roddy Doyle, Philip Pullman y Tom Stoppard, y a ponentes como el presidente de Las Maldivas, Mohamed Nasheed, o el viceprimer ministro británico, Nick Clegg.

Se espera que unas 100.000 personas acudan al festival en Hay-on-Wye, una localidad de 1.500 personas situada en las Montañas Negras de Gales, y que con 42 librerías, tiene más por habitante que cualquier otro lugar de la tierra.

"El primer festival se celebró en la parte trasera de la Legión Británica, en una sala que tenía espacio para 40 personas", dijo Florence, sentado en la carpa de la Sala Verde, levantada en un prado y por la que pasan a relajarse la premio Nobel Nadien Gordimer o los ganadores del premio Booker Ian McEwan y Roddy Doyle.

"Ahora estamos en este sitio ridículo de 101 metros cuadrados", añadió.

Florence inició el festival, que este año vive su edición número 23 y se celebra hasta el 6 de junio, con el dinero que ganó en una partida de póker, un préstamo de su madre y el amor por la buena escritura.

"Creció principalmente por la gran fortuna de vivir en este lugar", dijo, añadiendo que también la suerte jugó un papel.

Las poetisas Carol Ann Duffy y Gillian Clarke hablaron en el primer festival, y el fundador convenció al dramaturgo Arthur Miller a que viajara al pueblo para la segunda edición.

"Él (Miller) pensó que Hay-on-Wye era alguna clase de sandwich, y quería ver ese pueblo con tantas librerías", recordó Florence. "Una vez que él vino el segundo año, nadie decía que no podía venir".

Y así con el paso de los años, todo el mundo, desde el ex presidente Bill Clinton (en 2001) al arzobispo Desmond Tutu (en 2009) ha aparecido. Y el festival ha crecido más allá de sus fronteras galesas a otros 10 países. Este año, el festival se celebrará en Las Maldivas, México e India.

LOS LIBROS, SANOS Y SALVOS

Al preguntarle por el futuro, Florence dice que no está seguro de adónde irá el evento después. Pero tampoco está preocupado por los fatalistas que predicen la muerte de los libros.

El año pasado, los editores británicos vendieron unos 763 millones de libros, un nueve por ciento menos que en 2008, según la Asociación de Editores. La edición de los libros y la forma de leerlos están experimentando grandes transformaciones.

"No creo que el futuro de la escritura esté amenazado por nueva tecnología", afirmó Florence, que lleva años utilizando un lector electrónico de Sony. "Me encanta el intercambio de grandes ideas e historias".

Así, mientras en una tienda el National Trust presentaba su aplicación para el ordenador iPad de Apple, en otra se enseñaba a los asistentes a encuadernar libros a la antigua.

"Creo que el festival es genial", dijo a su vez uno de sus visitantes, Rupinder Nagra, de Londres. "Hay un compromiso con la literatura y la tecnología y creo que hay terreno neutral donde las dos pueden encontrarse. Pero, ¿quién te va a firmar el iPad?

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