Este artículo se publicó hace 12 años.
La galería Setba reivindica a Ocaña en el lugar en donde el dibujante vivió
Medio centenar de dibujos de José Pérez Ocaña, icono del arte transgresor de la Transición, con algunos retratos hechos por Colita, Toni Catany y Miquel Arnal con él como protagonista, pueden verse desde hoy en una exposición en la galería Setba, el mismo lugar de la plaza Real donde vivió durante un año.
Es la segunda ocasión en que esta galería homenajea y reivindica al artista de origen andaluz, bisexual reconocido, pintor colorista y naïf, que falleció a los 36 años en un accidente en su pueblo natal de Cantillana (Sevilla).
El director de Setba, Darío Olaortua, ha explicado hoy en rueda de prensa que en "Ángeles y Demonios", que se podrá visitar hasta el próximo día 30 de abril, se han querido mostrar algunos de los dibujos que pertenecían a un coleccionista privado y que fueron creados en un viaje que Ocaña realizó a París en 1977; en Tarragona o en Cantillana.
La comisaria Belén Gracia los ha seleccionado por los temas que plasman, que van desde los eróticos hasta los de iglesias de su pueblo, pasando por los retratos de amigos o de personas con las que se cruzaba, que pintaba en trozos de papel, incluso, a veces, de papel de fumar.
La exposición se complementa con cuatro fotografías de Miquel Arnal, otras tres de Toni Catany y tres más de Colita en las que él es el protagonista, y además, en un proyector, se pueden ver sesenta imágenes de Arnal en soporte digital.
Todos los dibujos y los retratos se han puesto a la venta, con precios que van de los 250 euros, los más económicos, a los más de 1.200 de algunas de las fotografías.
Toni Catany ha rememorado hoy su amistad con Ocaña, "una persona muy generosa a la que le encantaba que le hicieran fotos" y a la que él pudo retratar en su intimidad en numerosas ocasiones.
En el mismo sentido se ha pronunciado Miquel Arnal, quien ha resaltado su espontaneidad, "algo que en estos momentos de lo políticamente correcto cuesta mucho ver".
Su hermano Jesús, muy emocionado por esta nueva exposición protagonizada por su gemelo, ha destacado de forma vehemente el acierto de los organizadores de esta muestra, que han sabido, dijo, "reflejar a Ocaña".
"Ocaña era un pintor que amaba vivir y, si cuando murió se puso en el ataúd una senyera y una bandera andaluza, es porque lo que él amaba era Barcelona, no otras cosas".
Nacido en el año 1947, José Pérez Ocaña llegó a Barcelona con 23 años, se instaló en la plaza Real y se convirtió en un conocido habitante de la ciudad paseando travestido o con muy poca ropa por la Rambla, escenario de su manera de vivir.
Ocaña empezó a tener relación con la pintura gracias a su tío, pintor de paredes, que le introdujo en el secreto de la mezcla de colores.
Expuso por primera vez a los 22 años en Cantillana y en Barcelona lo hizo en el año 1973 en la London Bar.
Posteriormente, tras interpretar la película "Ocaña, retrat intermitent", de Ventura Pons, su obra se pudo ver en diferentes ciudades de España y Francia.
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