Gas Natural Fenosa ha firmado un memorando de entendimiento con la gasística estadounidense Cheniere para reservarse una parte del gas que esa compañía tiene planeado exportar a partir de 2017 a través de su planta de Sabine Pass, en Texas. 'Estamos muy satisfechos porque este acuerdo de principios nos permite entrar en la gran revolución del gas: la entrada de EEUU como exportador de gas licuado', explicó en Nueva York el consejero delegado de Gas Natural Fenosa, Rafael Villaseca.

Gracias a la extracción del llamado gas no convencional, EEUU, hasta ahora neto importador de gas, está a punto de convertirse en exportador; y un buen reflejo de esa transformación es la planta de Sabine Pass, construida hace años para regasificar el gas licuado que llegaba del exterior y que ha previsto convertirse en una planta de licuefacción para vender a compañías extranjeras, como Gas Natural. Sabine Pass se convertirá así en 'una de las primeras plantas del mundo bidireccional, es decir, con capacidad para importar y exportar', explicó Villaseca, y tendrá una capacidad de licuefacción de unos 9,5 billones de metros cúbicos de gas (bcm), de los que Gas Natural se ha hecho con una reserva de entre 1,5 y 2 bcm que, a precio actual, supondrían unos 800 millones de dólares al año.

Con esa operación, Gas Natural se asegura otro proveedor, ya que, según su consejero delegado, en el futuro se necesitarán más suministradores debido a que 'a medio plazo, la demanda de gas crecerá'.

Villaseca, que viajó a EEUU a recibir el Premio Platts Global Energy al mejor consejero delegado del año, negó que el acuerdo de reserva con Cheniere 'tenga nada que ver' con las diferencias que su compañía mantiene con la empresa estatal argelina Sona-trach, que suministra el 30% del gas de Gas Natural. Villaseca dijo, además, 'estar seguro que esas diferencias se acabarán resolviendo'. Aunque, destacó, que 'naturalmente, Gas Natural quiere asegurarse otras fuentes de suministro' para el futuro.