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"¡La gente no vive en las postales, vive en la calle!"

Líder de El Tío Carlos, nuevo puntal del ‘flamenquito’ y la fusión barceloneses

TONI POLO

La presentación de El Tío Carlos en su web es sincera y rotunda: “Grooves latinos envueltos en mala leche y canallería flamenca. Soniquetes mediterráneos. Gracia de Cádiz electrificada. Acentos árabes que apuntan directamente al corazón de Barcelona. Esa Barcelona a la que El Tío Carlos levanta las faldas para mostrarnos el escenario en el que se mueven, repleto de color y humor negro, pureza y mezcla”.

Lo que no explican en su Myspace es que esa Barcelona ya no existe: “Tenemos nostalgia de nuestra ciudad, la de los años ochenta y noventa. No volverá”, comenta El Payo Yeyé, cantante, letrista, compositor (aunque no único) del grupo. Acaba de bajarse del escenario de la sala Salamandra, en L’Hospitalet. Ya no luce las galas del concierto (camisa blanca, impecable) sino una camiseta roja gastada, con la bandera turca grabada… “Hemos descubierto que si hay alguna ciudad con algo de aquella Barcelona es Estambul”, dice, cargando pilas con una cervecita.

El Payo, catalán del Poble Sec (como Mayte Martín y como Serrat), reclama “una Barcelona más auténtica y menos víctima del diseño. ¡Que la gente vive en la calle, no en las postales!”. Así lo deja claro en sus letras: No prometas playas, sino Encantes en las Glorias (…) Por Dios, cuánta gente fea, fea, fea ¡qué bien!

El Tío Carlos es un trío de Carlos: El Payo Yeyé, líder de la banda, Charly Torrebadella y el Tito Carlos, teclista de Muchachito Bombo Infierno. Sus raíces estarán siempre ancladas en la nostalgia: “El Charly y yo teníamos un pequeño repertorio en el que mezclábamos alegrías y bulerías y cantábamos en tablaos de Sant Coloma de Gramenet y Barcelona. Hasta que en el Bass conocimos al Tito Carlos, le molaron nuestras historias y nos pusimos a grabarlas en su estudio”.

El Bass era “uno de los fructíferos bares del Raval en los que se mezclaban todo tipo de estilos, de gentes… de los que ya no existen. De los que cerraron”, reniega El Payo.

Los bolos llegaron de Australia

“Fuimos grabando temas sin intención de hacer nada concreto, hasta que nos dijimos: ‘¡hostia, ya hay para un LP!’”, recuerda. Luego repartieron maquetas caseras aquí y allá.En menos de un mes les llamaron de Australia.

“Es que Internet es la leche –comenta El Payo–, Petro Records nos fichó para un recopilatorio (Barcelona, The Sex, The City & The Music) con Ojos de Brujo y otros. Nada de pasta, pero publicidad por un tubo”. De ahí, K-Industria les editó el disco Groove y Soniquete, con temas, además de Gente fea, como Pares y Nones, Bishos o Cai.

Y han echado a rodar. Triunfaron en el Festival BabelMed, de Marsella, el verano pasado; los bolos se han extendido por toda España (el 17 de abril, en el Sol, de Madrid); su vídeo Gente fea fue un bombazo y acaban de rodar el de Pares o nones, que promete ser otro éxito. “Pero cada mañanita, jornada completa de 8 a 3 en la Administración, ¿eh?”, aclara El Payo. Es que vivir de la música es difícil: “Con 41 tacos empiezo a recuperar algo de la pasta invertida”, dice, en nombre de todo el grupo, “porque de los discos sólo viven de Alejandro Sanz p’arriba”.

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