Este artículo se publicó hace 16 años.
El gigante Bayern encara con respeto el reto del Getafe
El duelo entre el Bayern de Múnich y el Getafe ha sido visto por muchos como una reedición de la lucha entre David y Goliat.
De un lado, el gigante bávaro, con cuatro Copas de Europa a la espalda y una plantilla de lujo, y del otro el Getafe, un equipo de barrio sin tradición europea y sin grandes nombres en su plantilla.
En esas circunstancias, el riesgo de que el gigante cayera en la arrogancia estaba a las puertas. El entrenador bávaro, Ottmar Hitzfeld, por eso intentó desde que se supo el resultado del sorteo destacar la fortaleza del Getafe que lo había llevado a grandes resultados en la actual Copa de la UEFA.
Si sólo Hitzfeld hubiera hablando, la cosa no hubiera tenido historia. Pero también habló Franz Beckenbauer -muy amigo de pensar en voz alta- y dijo, o dijeron que dijo, que no conocía a ningún jugador del Getafe.
Del lado español eso fue visto como una explosión de arrogancia, que contrastaba con la insistencia de Hitzfeld y sus jugadores en que el Getafe era tal vez el mejor equipo que quedaba con vida en la competición.
El presidente del Getafe, Angel Torres, lo tomó a mal y recordó que el equipo tenía nueve internacionales y bromeó diciendo que tal vez sus jugadores tendrían que darle autógrafos a Beckenbauer para que se acuerde de ellos.
A más tardar hoy, Beckenbauer vio que debía calmar las aguas y, a través de un comunicado de prensa, dejó claro que, lejos de despreciar al Getafe, sentía por el equipo del sur de Madrid "respeto y admiración".
"Un equipo que le ganó a domicilio al Tottenham Hotspur y en la liga española derrotó al Real Madrid y al Barcelona tiene que ser muy bueno. Eso lo tengo claro yo, lo tiene claro el Bayern y lo tiene claro todo el fútbol europeo", agregó Beckenbauer.
Angel Torres, tras conocer el comunicado, dijo que el asunto para él estaba liquidado.
"El asunto está resuelto. No haya nada más que decir. Beckenbauer es mi ídolo", dijo Torres.
Ya no con las asperezas limadas, el entrenador del Getafe, Michael Laudrup, abordó el tema y dijo que si Beckenbauer había dicho que no conocía a ningún jugador del Getafe eso no tenía que ser visto como una falta de respeto.
Por el contrario, según Laudrup, precisamente uno de los méritos del Getafe es que ha logrado llegar muy lejos en la Copa de la UEFA, y a la final de la Copa del Rey en dos temporadas consecutivas, sin tener una plantilla con jugadores como los del Real Madrid o el Barcelona.
El temor a la arrogancia en el Bayern no es sólo cortesía, también tiene que ver con la conciencia de que uno de los principales peligros de cara a la eliminatoria es el de subestimar al rival.
Hitzfeld ha luchado contra ello y en los jugadores parece haber la consigna de repetir que el Getafe es un gran equipo.
Al fin de cuentas, en las últimas jornadas el Bayern se ha enredado dos veces ante equipos presuntamente modestos. Primero, sucumbió por 2-0 ante el Energie Cottbus, que era colista, y el sábado pasado no pasó de empate ante el Núremberg, que lucha contra el descenso.
Si el Bayern mañana no marca pronto, piensan muchos, va a empezar a pensar en esas dos experiencias. Y el Getafe llega en plan de darlo todo y de tratar de marcar en Múnich, como lo ha hecho hasta ahora en todos los compromisos a domicilio en la Copa de la UEFA, para tener una buena posición de salida en el partido de vuelta en el Coliseum.
"Lo más importante es que marquemos un gol, como lo hemos venido haciendo hasta ahora", dijo Laudrup, que reconoce el favoritismo del Bayern aunque dice que este no es tan grande como algunos creen.
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