Este artículo se publicó hace 16 años.
El Gobierno anima a las empresas a invertir en la construcción en Polonia pero "con prudencia"
El embajador de España en Polonia, Rafael Mendívil, anima a las empresas españolas a invertir en este país, especialmente en la construcción y en los proyectos de infraestructuras que se financien con los Fondos de Cohesión, aunque recomienda "prudencia" por las barreras "jurídicas y culturales".
Durante un encuentro celebrado esta semana en Madrid y organizado por el Club de Exportadores e Inversores, con empresas españolas de diferentes sectores, Mendívil apuntó que "la gran baza" polaca reside en los 67.000 millones procedentes de los fondos europeos, de los que dispondrá entre 2007 y 2013 para modernizar un país cuyos trenes tienen una velocidad media de 75 kilómetros por hora, apuntó.
No obstante, dijo que las asignaciones europeas que percibió el país en el periodo 2003-2007 fueron "un pequeño desastre" e indicó que tendrá que devolver un cuarenta por ciento del dinero por no haberlo podido invertir en un país azotado por un exceso de burocracia y "obsesionado" por el control de la corrupción, lo que a la larga paraliza muchas iniciativas.
Respecto al sector de la construcción, "uno de los más boyantes", el embajador indicó que aún "tiene un largo recorrido", pero, a su juicio, ya acabó "la época brillantísima" porque el mercado actual es "más racional y estable, con unos márgenes de ganancia menos elevados".
En su opinión, las constructoras españolas que operen en el país deben afrontar dos problemas: la falta de mano de obra cualificada por la alta inmigración y la inseguridad jurídica, ya que no hay planeamientos urbanísticos serios.
El sector de la energía, apuntó, todavía no es propenso a las privatizaciones porque durante el anterior Gobierno fue considerado "estratégico" para contrarrestar el empuje ruso.
Sí se mostró más optimista respecto a las posibilidades que tienen las empresas españolas del sector medioambiental, en un campo donde España tiene gran experiencia.
En líneas generales, Mendívil insistió en que Polonia es un país muy celoso de su soberanía, con muchas "reminiscencias soviéticas" y con una predilección por las empresas propias, fomentada por los dos años en el poder de los gemelos Jaroslaw y Lech Kaczynski, ex primer ministro y ex presidente del país, respectivamente.
El diplomático confió en la "nueva mentalidad" del actual Gobierno, que lidera desde noviembre el moderado Donald Tusk.
No obstante, señaló que Polonia debe afrontar muchas debilidades, entre las que citó la inexistencia de la clase media y la de un sistema bancario eficaz, así como la "deficiente" administración pública.
También mostró sus dudas sobre la capacidad del país para organizar la Eurocopa junto con Ucrania el próximo 2012, aunque indicó que "hay que ayudar al país a que pueda hacerlo".
Pese a estas dificultades, insistió que el país ofrece "enormes posibilidades" y que a los polacos les gusta hacer negocios con España, país que consideran "modelo y camino".
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